Circulan comentarios positivos sobre la cabalgada de los Reyes Magos. Era la noche de la ilusión de los niños, que desde el barrio de la ruz Santa ya le esperaban en una cabalgata larga de varias horas, como ha venido sucediendo en los últimos años, con el fin de que los niños disfrutaran de esa moche mágica, viendo de cerca a Melchor, Gaspar y Baltasar.

Fueron miles de personas las que vieron a SS. MM. los Reyes de Oriente en el largo recorrido desde el cruzsantero barrió realejero, para finalizar en la plaza de Tigaiga, donde se encontraba el portal viviente, como viene siendo tradicional a partir del año 1974.

Melchor, Gaspar y Baltasar, acompañados de sus pajes, salieron en carrozas desde la plaza de la ruz Santa hasta la avenida de Santiago Apóstol. Luego, y desde ese punto, lo harían en camellos que recorrieron las principales calles realejeras como Reyes atólicos y las avenidas de Los Remedios, anarias y San Agustín, donde le esperaban gran cantidad de niños y mayores.

Desde ese punto continuaron el largo recorrido hasta el Realejo Bajo, pasando por la calle la Alhóndiga, y Guillermo amacho, lugar donde fueron recibidos por muchos niños del lugar, y desde el balcón del edificio de la asociación de vecinos, el embajador le dio la "bienvenida" a los Magos de Oriente, con un largo discurso que por su duración desentonó, me comentan.

Pero ello no fue óbice para que los tres reyes y su séquito, acompañantes, bandas de cornetas tambores y equipos de megafonía continuaran y animaran el recorrido señalado, hasta hacer entrada en Tigaiga, lugar donde María, san José y el Niño esperaban las ofrendas, ante la atenta y deslumbrante mirada de los niños y niñas y de gran cantidad de mayores.

Melchor, Gaspar y Baltasar oraron ante el Niños Dios en una noche fría pero animada por el acto sacramental allí realizado. Los niños no quitaban los ojos de los rostros y vestiduras de los Magos de Oriente e ilusionados esperaban sus regalos. También los mayores tenían puestas sus esperanzas en los tres Reyes Magos. Y hasta el propio alcalde, don Manuel Domínguez, ilusionado por lograr un pueblo mejor junto al concejal de ultura, don Adolfo González, pusieron sus esperanzas en los Magos de Oriente.

En definitiva, esa noche de ilusión del 5 de enero, y antes que saliera el sol del día 6, fueron muchos los que abogaron por un puesto de trabajo, y por que se acabe el hambre en muchos hogares.

Ojala, SS. MM. los Reyes de Oriente se hagan eco ante tantas peticiones, y todo seamos complacidos en la medida de lo posible. Pero ante tantos ruegos, creo que lo más importante es que reine la paz en el mundo, la salud como algo imprescindible y el trabajo tan necesario para salir de la crisis. Eso bien lo sabe el niño Dios y en Él confiamos y en su divina Providencia.