La plantilla de la Generalitat se redujo en 4.428 personas el año pasado, un ''adelgazamiento'' debido, básicamente, a que no se cubrieron jubilaciones forzosas o voluntarias de funcionarios, se amortizaron plazas o bien se recortó sustancialmente el número de interinos.

Según datos de la propia administración catalana a los que ha tenido acceso Efe, al acabar 2011 trabajaban en los departamentos de la Generalitat y los organismos que dependen de ella, sin contar las empresas públicas ni sus fundaciones, un total de 165.231 personas, mientras que al cierre de 2012 constaban un total de 160.803.

Esa diferencia de 4.428 personas en estos doce meses se reparte de la siguiente forma: funcionarios (-2.192), interinos (-2.078), laborales indefinidos (-159), laborales temporales (), eventuales (-17), altos cargos (-3) y otros directivos ().

Fuentes del Departamento de Gobernación consultadas han explicado que esa pérdida de 2.078 interinos entre un año y otro -de 28.088 a 26.010 en 2012- se debe, en parte, a que un total de 1.243 interinos, principalmente profesores, pasaron a ser funcionarios en 2012 después de una oposición convocada en 2011.

Respecto al resto, estas fuentes han admitido que se trata de interinos a los que no se les volvió a contratar, bien porque se restringió al mínimo la cobertura de sustituciones o jubilaciones, porque se amortizaron plazas en la administración para ganar en eficiencia o porque el funcionario al que suplían pidió recuperar su plaza.

En cuanto a los funcionarios, que han pasado de 124.627 a 122.435, un total de 2.192 menos en doce meses, el gobierno catalán sostiene que, en un 60 o 70 % de los casos, la reducción se debe a que el funcionario que se jubiló no fue reemplazado.

Los sindicatos elevan el número de personal que se ha perdido en un solo año en la Generalitat -contando todos los tipos de contratos- a unas 7.000 personas, y eso sin contar las empresas públicas, ha asegurado el coordinador del área pública de CCOO de Cataluña, Xesús González.

En los próximos meses, el gobierno catalán deberá afrontar la elaboración de unos presupuestos que, en principio, deben reflejar un déficit del 0,7 % del PIB catalán, y ya ha advertido de que, si el margen no se relaja, no tendrá más remedio que volver a recortar el sueldo de los empleados públicos, como en 2012, aunque no ha dado más detalles.

En este contexto, los sindicatos catalanes multiplican sus contactos y está previsto que a partir de la semana que viene empiecen a pactar movilizaciones para oponerse a estos recortes.