Gregorio Peces-Barba, uno de los "padres" de la Constitución y expresidente del Congreso, falleció ayer a los 74 años en Oviedo y con su muerte desaparece una de las figuras más relevantes de la Transición, elogiada de forma unánime por políticos y juristas.

Una insuficiencia renal complicada con otra cardíaca ha sido la causa de su fallecimiento en el Hospital Universitario Central de Asturias, en la capital del Principado, donde permanecía ingresado desde el pasado 16 de julio.

Sus restos mortales fueron trasladados a la localidad madrileña de Colmenarejo, donde, por expreso deseo de su familia, queda instalada la capilla ardiente desde anoche y hasta las 13:00 horas de hoy, cuando será enterrado en el cementerio de ese municipio.

La familia lo ha preferido así, a pesar de que el presidente del Congreso, Jesús Posada, había ofrecido la propia Cámara Baja para acoger la capilla ardiente.

El fallecimiento de quien también fue rector de la Universidad Carlos III de Madrid ha suscitado el unánime elogio de los políticos a un "socialista cabal", figura "insustituible" de la Transición y hombre dialogante que fue este gran jurista.

Los reyes y los príncipes enviaron un telegrama de condolencia a la familia del fallecido, del que han destacado su aportación a la democracia en España.

Peces-Barba es el cuarto de los siete "padres" de la Constitución Española de 1978 que desaparece, tras la muerte de Gabriel Cisneros en julio de 2007; Jordi Sole Tura, en diciembre de 2009, y Manuel Fraga, en enero de este año.

Los cuatro fueron los artífices de la ley de leyes que hoy rige en España, junto con José Pedro Pérez Llorca, Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón y Miquel Roca i Junyent.

Nacido el 13 de enero de 1938, y licenciado en Derecho por la Universidad Complutense, ejerció como abogado desde 1962 y durante la dictadura fue defensor en numerosos juicios ante el Tribunal de Orden Público y en diversos consejos de guerra, entre ellos el célebre proceso de Burgos de 1970, en el que defendió a Víctor Aranda, acusado de ser miembro de ETA.