El presunto etarra Gurutz Agirresarobe ha afirmado hoy ante el tribunal que le juzga por asesinar a tiros al jefe de la Policía Municipal de Andoain (Guipúzcoa) Joseba Pagazaurtundua el 8 de febrero de 2003 que "en la vida" ha tenido alguna relación con ETA ni "un arma en la mano".

Así lo ha asegurado Agirresarobe durante la vista celebrada ante la sección tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, en la que ha respondido a las preguntas del fiscal, de la acusación particular -que solicitan para él 48 años de prisión- y de su defensa durante aproximadamente una hora.

El supuesto terrorista ha negado al fiscal Pedro Rubira conocer el bar Daytona de Andoain donde fue asesinado el agente y ha subrayado que su "mayor dilema" desde que fuera detenido en febrero de 2003 ha sido saber dónde se encontraba en el momento del atentado, para lo que ha estado "removiendo cielo y tierra", pero sin éxito.

Fue en ese establecimiento donde, según el auto con el que el juez Fernando Marlaska decretó su ingreso en prisión en agosto de 2010, se halló el ADN en una taza de café que coincidía con el del presunto etarra quien, no obstante, ha hecho hincapié en que no consume esta bebida.

"He tomado dos en mi vida y me sentaron mal", ha puntualizado Agirresarobe, que no ha podido aclarar si alguna vez ha ido al "bar Iñaki" de Irún donde la Ertzaintza, que comenzó a seguirle tras la desarticulación en marzo de 2009 del "complejo Donosti", encontró otra prueba de ADN que coincidía con el de la taza de café.

Según el acusado, el cotejo se hizo después de que se negara a "entrar en el juego" de las Fuerzas de Seguridad y someterse a una prueba genética, ya que, ha dicho, fue víctima de torturas.

Ha añadido que Marlaska no le pidió una nueva prueba cuando declaró ante él, aunque sí le advirtió que sería tomada una muestra de una botella de agua de la que dio "un trago".

"No he tenido ninguna relación con ETA en la vida", ha afirmado Agirresarobe para recalcar a continuación: "no he tenido un arma en la mano en mi vida".

Durante el juicio, al que ha asistido entre el público la candidata de UPyD a La Moncloa, Rosa Díez, la viuda de Pagazaurtundua, Estibaliz Garmendia, ha relatado que el día del atentado ella se encontraba en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital en la que vio como su marido "ingresaba muy mal".

"ETA asesinó a un hombre bueno, un compañero y un amigo", ha lamentado.

La hermana del fallecido, Maite Pagazaurtundua, ha explicado que, desde que su familia supo que su hermano era objetivo de ETA, empezó a vivir "con una inmensa preocupación", que aumentó con el asesinato de su "gran amigo" José Luis López de Lacalle y, sobre todo, cuando treinta radicales asaltaron la casa del pueblo de la localidad y le amenazaron con un "Ya te pillaremos" cinco meses antes de su muerte.

"Nos resistíamos a ser esclavos de la estrategia de ETA y de la espiral de silencio de la sociedad vasca", ha concluido.

Uno de los clientes que presenció el asesinato ha explicado que un "chico" que se encontraba en la barra del local se levantó y a continuación oyó las detonaciones, "tres o cuatro", y al darse la vuelta le vio "tirando de gatillo" mientras la víctima "se quedó como estaba, leyendo el periódico".

La camarera del establecimiento ha recordado cómo un joven con "aspecto de frío" le pidió un café y después, mientras recogía el cambio para cobrar a uno de los clientes, escuchó la primera detonación y prefirió quedarse en la trastienda, pero al salir después comprobó que "faltaba" el "chico" al que había servido el café.

Por ello, ha señalado que después, cuando llegó la Ertzaintza, les mostró la taza en la que había bebido el asesino, motivo por el que los agentes preservaron la prueba, según ha asegurado uno de los agentes que participó en la inspección ocular.

El juicio se retomará esta tarde, cuando está previsto que quede visto para sentencia.