Los "indignados" propusieron ayer una gran marcha nacional para llevar su revolución a todos los pueblos de España que culminaría con un gran acto el 17 de julio que sirva "para tomar Madrid y refundar la democracia". Los portavoces acordaron ayer movilizarse el 11 de junio en las investiduras de las nuevas corporaciones municipales y celebrar otra movilización a nivel estatal ocho días después, el 19.

La iniciativa propuesta por los "indignados" de Barcelona en la asamblea informativa de ayer fue recibida por los aplausos de los representantes de hasta 56 ciudades reunidas para coordinar el movimiento en todo el país.

La idea consiste en organizar una "gran marcha" de un mes de duración, celebrando asambleas en todos los pueblos por los que se pase para hacerles partícipes de este movimiento y recabar sus opiniones para que sean escuchadas por todos.

La marcha comenzaría simultáneamente en Barcelona, San Sebastián, La Coruña, Cádiz y Valencia el día 19 de junio con el objetivo de "tomar Madrid, paralizar la ciudad y refundar la democracia", explicó entre aplausos un representante del movimiento en Barcelona.

Esta iniciativa debe servir, además, para "la reapropiación del espacio político, que ha sido secuestrado", y para dar un nuevo impulso al movimiento e involucrar a todos los ciudadanos en la tarea.

Además de las asambleas en todos los pueblos, los integrantes de la marcha plantarán un huerto en cada pueblo aunque conservarán algunas semillas para plantar un gran huerto en Madrid que simbolice "la semilla de la nueva democracia".

"Esto puede sonar un poco cursi, pero en realidad es una forma simbólica de reapropiarse de lo que nos han arrebatado los poderes fácticos", aseguró el promotor de la idea.

El plan consiste en conseguir que cada marcha cuente con al menos dos vehículos: uno sanitario y otro que, a modo de lanzadera, llegaría a los pueblos con dos días de antelación para movilizar a las asociaciones y agrupaciones de vecinos antes de la llegada de la marcha.

El activista de Barcelona subrayó la importancia de invitar a más gente a participar ya que, en ningún caso, está iniciativa debe interferir con las acampadas.

"No se trata de desmontar las acampadas; el que esté acampando, que siga acampando", subrayó.

Finalmente, y ante las críticas de que se trataba de una idea "bastante radial y centralista", los "indignados" barceloneses apuntaron que "si se unen los puntos de todos los pueblos que vamos a visitar lo que sale es una hélice".

Respecto a la permanencia de las acampadas, los portavoces coincidieron en que cada acampada decidirá sobre su permanencia de manera autónoma, lo que no excluye la posibilidad de acuerdos entre las mismas.

Todas las ciudades que participaron en el encuentro expresaron su voluntad de alcanzar un consenso a nivel estatal en cuanto a objetivos o reivindicaciones, principios o valores y la hoja de ruta a seguir.

Los portavoces hicieron énfasis en que ninguno de estos mecanismos implica el abandono de los espacios públicos como fundamento del movimiento.