El área de Parques y Jardines del Ayuntamiento de La Laguna sustituirá las palmeras que adornan el paseo marítimo de Punta del Hidalgo por la plaga de mosca blanca que las invade, trabajos que se empezarán a desarrollar a lo largo de los próximos meses.

Así lo adelantó ayer la concejala de Servicios Municipales, Mónica Martín, quien señaló que el área tiene perfecto conocimiento de la existencia de la plaga y que de hecho, con anterioridad a la denuncia realizada en EL DÍA sobre el estado del palmeral, ya se había comprometido con un sector de vecinos y comerciantes para replantar el paseo marítimo.

Sobre ello, la edil responsable de Servicios Municipales señaló que "la situación la habíamos hablado con los vecinos de la zona, pero en verano no nos pareció una época adecuada para hacer la sustitución porque era cuando más gente había en el pueblo. Es por ello por lo que vamos a proceder a la sustitución los próximos meses y replantar otras especies que se adapten mucho mejor a las condiciones del salitre y la propia panza de burro de la Punta".

Partiendo de la base de que la mosca blanca no se puede erradicar, Martín señaló que "se han empleado métodos ecológicos para controlar el insecto, pero no han funcionado. Es un problema que no solo afecta a La Laguna, sino a toda la Isla".

"Lo que vamos a hacer es quitar las palmeras y replantar otras especies vegetales en unos meses, tal y como especifican los técnicos. Estas palmeras podrían ser sustituidas por tarajales, uvas de mar... Especies de gran resistencia a las condiciones climáticas y el salitre de la zona. En cualquier caso, esto ya es un tema técnico y serán ellos los que decidan".

Quiso dejar claro que no se ha procedido a la inmediata replantación precisamente por los vecinos, usuarios, visitantes y comerciantes con el objetivo de no perjudicarlos en la actividad que generan durante el verano.

En la edición de ayer de EL DÍA, vecinos, comerciantes y visitantes denunciaron el estado de las palmeras, que estaban completamente invadidas por el insecto de origen americano y que llegó a Canarias en la década de los 60. Los afectados reclamaron medidas para controlar el molesto insecto, demanda que Parques y Jardines ya controlaba.