Rolando Martín Tabares, en representación de los herederos de la casa número 20 de Molinos de Agua, que ha sido tema de discrepancia por los datos dados a conocer por un concejal socialista, destaca que dicho inmueble no es del siglo XVIII como se ha informado, sino del XX.

Tal afirmación la hace Tabares basándose en documentación oficial procedente del Registro de la Propiedad y de la Dirección General del Catastro.

Mención aparte merece su comentario relativo a que el dato que figura en el Plan Especial de Protección del Casco Histórico de La Laguna (PEP) es erróneo según la documentación que ha presentado dicho heredero ante este periódico y en el ayuntamiento.

La ficha catastral es contradictoria a la del PEP, pues habla de que la casa fue construida en a principios del siglo XX y no en el XVIII o principios del XIX.

En la primera inscripción registral de la casa, equivalente hoy a un expediente de dominio, tal y como demuestra Rolando Martín Tabares, "se afirma que fue adquirida, el 31 de diciembre de 1929, a la empresa La Constructora de La Laguna, siendo su primer propietario, Rafael Tabares Pérez, es decir, mi abuelo".

Ante este hecho, Tabares se pregunta para aclarar la polémica sobre la antigüedad de la vivienda: "¿Si la casa fue comprada a la constructora en 1929, cómo es posible que el Plan Especial de Protección del Casco le dé una antigüedad de dos siglos?"

Tabares encargó a un equipo un trabajo que fue entregado en Urbanismo el 13 de marzo de 2008, pidiendo que se descatalogara la vivienda por quedar demostrado que es del siglo XX y no anterior, como figura en la ficha técnica municipal del PEP.

La respuesta del Ayuntamiento de La Laguna, como señala Tabares, es que "se estudiaría la descatalogación cuando consideraran oportuno modificar el PEP, y han pasado tres años y no hemos recibido respuesta sobre el futuro de la vivienda".

El 24 de junio del pasado año, la familia Tabares presentó a través de la Gerencia de Urbanismo, un escrito dirigido a la Oficina de Gestión del PEP en la que, en primer lugar recuerda que dos años había solicitado la modificación de la catalogación recogida en la ficha número 383 del Catálogo de Protección del PGO, que dice: "Inmueble urbano doméstico popular, realizado aproximadamente entre finales del siglo XVIII e inicios del XIX".

Altura de edificaciones

Tabares explicó que ha demostrado al ayuntamiento que la casa no es del siglo XVIII no sólo con documentos, sino, además, con la aportación de fotografías que, en relación con el contexto urbano, "no es cierto -precisa- que predominara ni predomine en el tramo de manzana, las construcciones de una planta como también figura en dicha ficha, sino de casas de dos y hasta de tres plantas como son las dos colindantes".

En el escrito de Tabares alude, además, a que por visita de inspección girada por un técnico municipal, "se ha comprobado que el inmueble carecía de techumbre desde fechas anteriores, a causa de un pequeño incendio, y además que la paredes que permanecen en pie presentan un estado totalmente ruinoso, así como el de la totalidad de las maderas".

Pese al tiempo transcurrido, Rolando Martín Tabares destaca que "cuando llevo más de seis años con mis gestiones y dos desde la presentación del citado escrito, habiendo mantenido incluso al respecto una entrevista con la concejala, hasta la fecha no he obtenido más respuesta, sino que está en trámite, pero sin que se produzca por parte de quien proceda y a la vista de tales argumentaciones, la rectificación del error cometido en la catalogación, lo cual no has producido y sigue el consiguiente quebranto económico, pues nos ha impedido poder realizar una construcción similar a las colindantes o proceder a la venta del solar".

Tabares, finalmente, afirmó que "la causante de este grave problema es la descoordinación que existe entre los diferentes organismos, pues en un espacio de menos de cien metros, ha usado cinco varas de medir diferentes: con una midieron la torre que está enclavada dentro del recinto del antiguo Seminario, con otra midieron el edificio de la Delegación de Hacienda, con la tercera, el edificio del Rectorado de la Universidad, con la cuarta los edificio de tres plantas que hay en la calle Molinos de Agua y con la quinta, con la vivienda en cuestión. Consecuencia más importante, es que la primera generación de herederos, los ocho hijos de mis abuelos ya hayan fallecido todos sin poder acceder a su herencia y que sus nietos estemos soportando una catalogación sobre el solar de una casa totalmente en ruinas, sin más base documental que lo que alguien ha puesto en una ficha, y no sé siquiera si los nietos algún día podremos hacer uso de ella."