La pavimentación de la calle de San Agustín está siendo muy valorada por laguneros y vecinos de fuera, que ya dan paseos por el tramo terminado. Pero la nota crítica ha venido del ayuntamiento, quien ha afirmado que tiene el proyecto, pero que no será posible antes de Navidad adoquinar 100 metros de dicha vía entre la esquina Núñez de la Peña y la plaza de la Junta Suprema, que está también pavimentada y a la espera de recibir la vía en su totalidad.

Lo peor de todo esto es que la empresa responsable de la obra, dada la profesionalidad que lo caracteriza y la rapidez en la actuación, es capaz de adoquinar los 100 metros, pero no es posible hacerlo porque el Gobierno central no ha remitido el dinero para ejecutar la obra.

El gran problema añadido es que unos casi 20 comercios de diferente índole, como carnicería, restaurante, librería-papelería, o tiendas de ropa, se verán en desventaja con el resto de los comercios instalados en todo el casco que ya está adoquinado. "Todo -dicen los afectados- porque la ciudad se llena de vida y al pasear la gente mira y compra. Es una pena porque no hablamos de una calle cualquiera, ya que San Agustín fue la calle más importante de La Laguna, conocida en el pasado como calle Real. Una vía que posee quizá el mayor número de edificios históricos y comercios que se van abriendo, y donde disponemos de una espléndida plaza de la Junta Suprema ideal para que los padres dejen jugar a sus hijos mientras realizan sus compras".

Con respecto a cómo está quedando la calle San Agustín hay que

destacar que peatonalizar una calle suele tener como uno de sus efectos la revalorización visual de su arquitectura y esto es especialmente notorio en el caso del casco lagunero.

Terminadas las obras de peatonalización de la mayor parte de San Agustín, a los vecinos al pasear les parece como si de pronto los viejos edificios ganaran en presencia, y se les muestran de nuevo en toda su belleza. Es sorprendente la capacidad del asfalto y del tráfico para afear el entorno.

El corazón de la ciudad ha empezado a despertarse y eso no sólo se ha manifestado en la recuperación física y estética de su cuerpo material (edificios, calles o plazas), sino también en la revitalización de sus actividades, con la aparición de nuevos comercios y aumento de la residencia, con el consiguiente incremento de la apreciación de los laguneros y visitantes por la ciudad.

En la prolongación de la vía hasta la plaza de la Junta Suprema, cuya peatonalización se hará en una fase posterior, se hallan tesoros de la arquitectura local como la iglesia de Los Dolores o el ex convento de San Agustín.