Las reacciones de los jugadores del Tenerife después de que el equipo blanquiazul sufriera ayer, en la visita al Sporting B, la primera derrota en Liga fueron similares. Desde Sergio Aragoneses a Jeremy Lempereur coincidieron en asumir el tropiezo con total naturalidad.

El ejemplo más claro fue el del portero. "Si el equipo hubiera sido un desastre o estuviéramos en una mala dinámica, sí estaríamos preocupados, pero hay que confiar, porque el Tenerife lo está haciendo bien. Limando los pequeños errores que tenemos, seguiremos siendo un grupo muy competitivo y muy difícil de ganar", manifestó.

Aragoneses apuntó que perder un partido en 14 jornadas "cabía dentro de las posibilidades", de modo que calificó la derrota como "un pequeño tropiezo" y animó a la plantilla a "seguir adelante".

Por su parte, Tarantino reconoció que caer en Gijón "fue una pena", ya que, entre otras cosas, el Tenerife quería alargar la racha de jornadas sin ser derrotado "el mayor tiempo posible", pero se encontró con un rival que realizó "un buen partido". Con vistas al futuro a corto plazo, opinó que "ahora es cuando se tiene que ver que este equipo es fuerte", por lo que destacó la conveniencia de "tener la mente fría y saber cuáles son los errores que se cometieron y corregirlos, porque la línea es buena y hay que seguir en ella".

Entretanto, el lateral Moyano afirmó que "hay que continuar trabajando sin volvernos locos", mientras que el volante Íñigo Ros observó que la veteranía que reúnen muchos de los integrantes de la plantilla ayudará al grupo a superar el resultado adverso. "Llevamos mucho tiempo en esto y no le vamos a dar muchas vueltas".

Por último, Lempereur recordó que el Tenerife se sentía "frustrado" pero agregó que "no está en una situación complicada, sino que es líder y debe continuar igual".