EL ACIERTO exterior marcó la diferencia entre Breogán e Iberostar Canarias el pasado sábado en tierras gallegas. Importante triunfo de los aurinegros que, sumada a la derrota de Burgos en Mallorca, le devuelve el margen de dos victorias, en la clasificación, sobre los castellanos.

A la competición le queda mucho recorrido. El liderato del Canarias seguirá viéndose amenazado por equipos como Navarra, Menorca, Melilla, La Palma y el propio Burgos. El equilibrio en las emociones externas debe contribuir a una mayor estabilidad en la verbalización de las expectativas.

La derrota de la semana pasada ante Navarra, unida a las mayores dificultades que estaba mostrando el equipo para solucionar los últimos partidos, tiene que servir para leer la victoria en Lugo en su justa medida.

Sin duda ha sido un resultado muy importante por doble motivo. En primer lugar por aprovechar el tropiezo del inmediato perseguidor y segundo para no dar motivo de dudas en la confianza de los propios protagonistas. Ganar en Lugo da crédito, pero se debe seguir siendo humilde y coherente en el manejo de los tiempos. Toca pensar en el día a día y no mostrar ansiedad porque llegue el final antes de lo que procede. La próxima cita es en casa ante el colista. Otro motivo más para hacer ejercicio de prudencia.

Pero si algo concentró al baloncesto este fin de semana en la isla fue, como no podía ser de otra manera, la muestra masiva de apoyo y solidaridad que recibieron Alexis y su familia en la Iglesia de la Concepción de La Laguna el pasado viernes. Poco consuelo para un golpe tan duro. Los creyentes nos aferramos, en situaciones tan difíciles, a la sabiduría de Dios con nuestro destino y a la confianza que tenemos en sus silencios, para tratar de encontrar alguna explicación.

Adrián, que muy probablemente hubiese seguido los pasos de su padre en las canchas de los patios de los colegios, velará, a partir de ahora, por su familia y les transmitirá esa fortaleza necesaria para encontrarle explicación a tanto desconsuelo. Mucho ánimo, Alexis.