Dijo ayer Antonio Calderón tras el partido con el Alcalá que no es fácil ganar por 0-4. Los antecedentes indican que, desde luego, para el Tenerife no es un resultado habitual. El recorrido por las últimas temporadas está salpicada de unas cuantas goleadas a domicilio.

La más reciente fue un calco del marcador que se registró en el Municipal del Val. Para encontrarla hay que remontarse al día de Canarias de 2009, cuando el representativo se impuso por 0-4 al Sevilla Atlético y se quedó a un paso del ascenso a Primera División.

Esa misma campaña, los de José Luis Oltra arrollaron al Elche en el Martínez Valero con un 2-4. Fue el origen de un curso inolvidable.

En los años anteriores, mucho menos felices para los aficionados blanquiazules, el Tenerife sorprendió con algún marcador abultado a su favor lejos de la Isla. En la larga travesía por la Segunda A, hasta el citado ascenso, los insulares vencieron en Murcia y Málaga -al filial- por 1-4, en el primer caso con Toño en el banquillo (última jornada de la 06/07) y en el otro, con Amaral al frente (el 11 de febrero de 2006, días antes del nombramiento de Concepción como presidente del club). También fue inusual el 4-5 que deparó el Salamanca-Tenerife del ejercicio 04/05. Dos jornadas más tarde fue despedido Pepe Moré.

Y para goleada, el 0-5 con el que el Tenerife de Rafa Benítez avisó el 17 de septiembre de 2000 de que tenía a sus órdenes a un aspirante a subir a la máxima categoría.

Una campaña antes, un 0-4 del equipo tinerfeño en Butarque, con un "hat-trick" de Barata, trajo consigo el famoso "caso Jordi Ocaña".

Por supuesto, dentro del brillante paso del Tenerife por la Primera División en la década de los noventa, también aparecen actuaciones especialmente efectivas en ataque. Para el recuerdo, la exhibición de Juanele con su repertorio de asistencias en el 2-5 en El Madrigal, con Juanma Lillo como jefe y en la temporada del descenso, la 98/99. El Villarreal fue batido por cuatro jugadores diferentes: Makaay, en dos ocasiones, Emerson, André Luiz y Slovak.

También está el 2-4 que le endosó el Tenerife de Heynckes a un Rayo en el que jugaba el actual técnico blanquiazul, Antonio Calderón, en la campaña 1995/1996.

Fue uno de los resultados que condujeron al Tenerife a participar por segunda vez en su historia en la Copa de la UEFA, competición en la que se impuso al Feyenoord por 2-4 el 2 de diciembre de 1996.

Igualmente en ese ciclo dorado el equipo añadió a la colección de goleadas fuera de casa un 1-4 al Valladolid. Vicente Cantatore fue testigo desde el banquillo visitante de la puntería de Juan Pizzi, autor de tres tantos. Chano aportó otro.

Fueron algunas tardes, o mañanas, como las de ayer en el campo del Alcalá a lo largo de la trayectoria menos lejana del Tenerife.