El tenista español Rafael Nadal, número uno del mundo, terminó ayer su entrenamiento vespertino sin molestias, pues el único daño que padece desde el partido del pasado lunes contra Juan Martín Del Potro es "una ligera inflamación alrededor de los tendones peroneos", aunque ya tras un examen médico hecho por la mañana había quedado descartada rotura alguna, algo que no le impedirá en absoluto jugar hoy los cuartos de final ante Mardy Fish.

Ésa es la explicación que el médico de la Federación Española de Tenis, Ignacio Muñoz, trasladó al torneo, debido al punzante dolor sentido el manacorí en la parte trasera del pie izquierdo al final del primer set ante Del Potro y que Nadal incluso pensó que le obligaría a retirarse.

La hipótesis médica es que "algún gesto que hizo, en el que torció un poco el pie, provocó probablemente un pellizcamiento de la zona de unión del tendón de los peroneos y se produjo una inflamación alrededor de ese tendón, muy leve, pero suficiente para que, por determinados movimientos, pellizcara esa zona inflamada y provocara un dolor muy agudo".