El Día de Australia volvió a ser fatídico para Rafael Nadal, que, igual que hace un año, salió malparado, contrariado físicamente, de la pista del Rod Laver Arena, derrotado y al margen de las semifinales del Abierto de Australia, con su espacio en manos de otro español, David Ferrer, que entra por segunda vez en su carrera entre los cuatro mejores de un grande (6-4, 6-2 y 6-3).

El número uno del mundo rechazó abandonar. Dejó de lado la bandera blanca y prefirió mantenerse en pie. Por respeto al torneo y al rival. "No me gusta retirarme. Solo lo hago si no puedo más. Y podía a cierto nivel. Un nivel que no me llegaba para ganar a Ferrer", dijo luego. Una rotura de fibras en la parte posterior del muslo izquierdo frenó, en el segundo juego del partido, su carrera hacia la consecución del Abierto de Australia ".

Ferrer ocupó su espacio. Provisto de un gran tenis. Es la décima victoria seguida en lo que va de año del alicantino. Estará al lado de Roger Federer, Novak Djokovic y Andy Murray, próximo rival de Ferrer.