Poseedora de la cuarta mejor marca mundial en la modalidad de "jump blue", con 110 metros -en el Mundial de Apnea Tenerife'' 2006- sus 23 récords de España e igualar la menor marca mundial de CMAS (67 metros a peso constante), la tinerfeña Raquel de Ana ha decidido poner punto final a su brillante trayectoria deportiva.

Atrás quedan cinco años de sacrificio y preparación, pasando de los 32 metros del ya lejano 2004 a los 67 logrados en el reciente Campeonato de España, disputado en Tabaiba.

"El motivo del adiós a la competición de élite se debe a mis obligaciones como madre y como mujer trabajadora. Este deporte, cuando llegas al máximo nivel competitivo -muchas de las apneistas se dedican profesionalmente a esto- requiere muchísima preparación, tener más disciplina y, sobre todo, más tiempo", indicó Raquel de Ana en su visita a la redacción de EL DÍA.

Un adiós con sabor dulce, pues siempre se ha mostrado satisfecha con el trabajo realizado, "encontrando en todo momento la colaboración de la gente de la actividad subacuática y el respaldo de las instituciones públicas a través de la Federación, con el matiz de que para recibir las ayudas del Gobierno de Canarias tienes que alcanzar, como mínimo, la medalla de oro en un Campeonato de España", indicó De Ana, a la vez que agradecía públicamente el trabajo de Lalo Martín, preparador físico, y de Manolo Beltrán, al que cariñosamente llama su "jefe".

Nunca ha considerado la apnea una actividad peligrosa. "En absoluto. Requiere preparación, máxime cuando estás a un nivel donde la exigencia es total.

Adiós a la competición, pero no a su hobby. "Seguiré colaborando, porque quedan deportistas a los que hay que arropar. De hecho hemos dado cursos en El Pejín, junto con el campeón de España Alexis Benedicto, de los que ha salido, por ejemplo, Santiago Jaca, poseedor del récord de estática".

Su secreto es el de todos los que practican la apnea: "No marcarte una profundidad que nunca has hecho. Debes tener un entrenamiento previo y total seguridad en ti mismo, física y mentalmente. Uno va aprendiendo, poco a poco, técnicas nuevas, que te permiten ir superando las marcas paulatinamente y que a mí me han hecho sumar 23 récords en mis cinco años practicando apnea".

A la pregunta de cómo se decidió por esta modalidad, dijo: "Me enganchó el grupo de apneistas que iban a entrenar al Club El Pejín. Me llamó la atención y como me gustaba todo lo relacionado con el submarinismo -soy instructora- acepté la invitación de Manolo Beltrán, nuestro jefe. He tenido la suerte de contar con el preparador físico Lolo Martín, que pertenece al Gimnasio Bahía, que además de ponerme las piernas a punto me ayudó psicológicamente".