La plaza de toros de Estepona le trajo a Zeben Díaz toda la suerte que se le había negado en anteriores compromisos de suma importancia. El pasado viernes, con el título mundial del peso superligero de la ISKA en juego, el fajador tinerfeño obtuvo el mejor premio para una carrera que ha desarrollado siempre con brillantez y que se había oscurecido en los últimos tiempos con la injusta derrota que sufrió en la Isla Reunión cuando pujaba por el título europeo, entre otros tropiezos.

Por eso, Zeben Díaz saltó al cuadrilátero en busca de un triunfo contundente que borrara de una vez por todas los fantasmas aparecidos alrededor de su figura. Y lo consiguió con contundencia y solvencia ya que desde el primer asalto se mostró superior a su rival, el inglés de origen tailandés Rung Nakorn, al que envió tres veces a la lona antes de que sonara la campana de finalización del primer episodio. El árbitro consintió que siguiera la pelea dado que la ISKA no recoge entre sus reglas el final del combate por tres cuentas de protección en el mismo asalto. Zeben salió decidido a poner fin a la contienda en el segundo asalto, pero su rival ya se había recuperado del duro castigo y comenzó a responderle con un trabajo de rodillas y duras patadas que cambió la estrategia del tinerfeño. Sumando a su favor todos los asaltos, el tinerfeño llegó al cuarto episodio donde Nakorn, que había sufrido varias caídas más y algunas amonestaciones por maniobras antirreglamentarias, resultó finalmente descalificado cuando parecía que no iba a acabar en pie el combate.

Zeben reconoció al final que sentía "la mayor felicidad de mi carrera" después de sumar un cinturón mundial profesional que se une a los dos campeonatos mundiales que consiguió en categoría amateur, al título de campeón de Europa neoprofesional que logró en Granadilla y a su cinturón de campeón de España profesional. "Ya me tocaba vivir una alegría así", confesó emocionado el tinerfeño que dejaba atrás "la mala racha que he tenido últimamente".