La negociación entre Cuba y EEUU para normalizar sus relaciones será un proceso largo y complejo que se encuentra aún en una fase prematura y que requerirá de esfuerzos de ambas partes para asentar la confianza después de más de cincuenta años de enemistad.

Los equipos negociadores de los dos países sostuvieron ayer su primera reunión para trazar la "hoja de ruta" de este histórico proceso de deshielo diplomático, que tiene en esta etapa inicial la reapertura de embajadas como uno de los principales asuntos sobre la mesa.

"Nuestros esfuerzos para normalizar las relaciones será un proceso extenso que va más allá del establecimiento de relaciones diplomáticas o la apertura de una embajada. Pero hoy hemos dado pasos en esta nueva dirección", señaló ante la prensa la secretaria de Estado adjunta para Latinomérica, Roberta Jacobson, que encabeza la delegación estadounidense en las conversaciones.

Jacobson, el funcionario estadounidense de más alto nivel que visita la Isla hace décadas, subrayó que hay una "amplia gama" de temas "complejos" en los que los dos países mantienen discrepancias y sobre los que tienen que debatir.

En la misma dirección fueron las declaraciones de su contraparte, la directora para EEUU del Ministerio de Relaciones Exteriores, Josefina Vidal, quien reiteró que la normalización será larga.