Los ataques del grupo Estado Islámico (EI) han despertado el sentimiento de hermandad entre el pueblo kurdo de Irak, Siria, Turquía e Irán, donde se ha desencadenado una respuesta común de las facciones kurdas contra los combatientes yihadistas.

En los actuales enfrentamientos de la ciudad siria de Kobani, en el norte de Siria, integrantes de las milicias kurdo turcas del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) luchan en un frente común con las Unidades de Protección del Pueblo kurdo sirio (YPG) contra los combatientes del EI, e incluso bajo una misma bandera.

Algo similar ocurre también en Irak, donde, junto con el PKK, colaboran las fuerzas kurdas iraquíes o "peshmergas" en los combates para intentar recuperar zonas tomadas por los muyahidines, como el paso fronterizo de Rabia o en el monte Sinyar, en el norte iraquí.

"Después del ataque del Estado Islámico, los kurdos vemos que tenemos que estar unidos"

El pasado agosto, las YPG ya levantaron un corredor humanitario en este monte para rescatar a decenas de miles de ciudadanos de la minoría kurda yazidí que huían de los ataques del EI.

Estos apoyos militares entre las diferentes facciones kurdas han surgido como reacción a una ofensiva que, dentro de su comunidad, se ha sentido como un ataque a todo el pueblo kurdo.

"Después del ataque del EI, los kurdos vemos que tenemos que estar unidos, llegar a un punto en común. Es el lado positivo de la guerra", dijo a Efe Oslam, una integrante del PKK, en su campamento en la ciudad kurda iraquí de Majmur.

Lo mismo opina el dirigente del Partido de la Unión Democrática (Siria), Mohama Jalil, que señaló a Efe que esta guerra ha despertado la solidaridad en el pueblo kurdo, que "siente la responsabilidad de defender a la humanidad y los valores de la paz".