El primer ministro italiano, Matteo Renzi, mantuvo hoy diversas reuniones con representantes de los sindicatos y de la patronal para intentar alcanzar un acuerdo sobre la reforma laboral propugnada por su Gobierno, que será votada mañana en el Senado, según confirmaron fuentes del Ejecutivo.

El Partido Demócrata (PD) que lidera Renzi tenía previsto solicitar hoy el voto de confianza a su reforma en el Senado, pero la votación ha sido aplazada hasta mañana.

Esta reforma conocida como "jobs act", es una de las piedras angulares del programa del exalcalde de Florencia, pues con ella pretende sacar al país de la recesión económica en la que está sumido.

Pero su medida se ha encontrado con la oposición de los interlocutores sociales y también de algunos miembros de su propio partido.

Renzi había puesto como límite para la aprobación de la reforma laboral la fecha de mañana, 8 de octubre, cuando se celebra en Milán una cumbre sobre empleo de líderes de la Unión Europea a la que el primer ministro tiene intención de acudir con su proyecto en vías de aprobación.

Fuentes del Ejecutivo confirmaron que Renzi mantiene la intención de comparecer mañana en Milán, "a lo largo de la tarde", después de haber conseguido la esperada confianza en el Senado.

La primera cita de este martes comenzó a las 08.00 hora local (06.00 GMT) con el intercambio de impresiones ante una representación de los sindicatos y le siguió, una hora más tarde, la reunión con Confindustria, la patronal italiana.

Una vez finalizadas, Renzi declaró haber encontrado "puntos de encuentro" tras su reunión con los sindicatos, pero la valoración no fue unánimemente positiva para los representantes de los trabajadores.

Susanna Camusso, líder de la Confederación General Italiana de Trabajadores (CGIL), reconoció que no veía razones suficientes para no convocar una huelga, tal como adelantó la semana pasada.

Sobre la mesa de las conversaciones de hoy en Roma estuvo la polémica reforma del Artículo 18 del Estatuto de los Trabajadores.

Según el proyecto presentado por el Gobierno, se mantendrá la obligación, contenida en dicho artículo, de que el empresario, en caso de despido improcedente, pague una indemnización, y, además, este martes Renzi se mostró favorable a mantener también la disposición que obliga a readmitir al trabajador.

El jefe del Gobierno explicó que esta obligación se respetará no solo en los casos de despidos improcedentes discriminatorios sino también en los disciplinarios, previo examen de las circunstancias jurídicas.

La reforma laboral lanzada por Renzi prevé una tutela de manera gradual de los trabajadores, por lo que sólo con la antigüedad se podrán obtener algunos derechos, entre estos el de poder ser readmitido en caso de despido.

La propuesta de modificación de ese artículo ha sido uno de los aspectos mas polémicos y ha desatado las críticas de los sindicatos pero también de una minoría dentro del PD.

La "vieja guardia" del PD expresó su rechazo a ese aspecto de la reforma y también a las maneras de gobernar de Renzi en una reunión que mantuvo la dirección del partido la semana pasada en Roma.

El Artículo 18 del Estatuto de los Trabajadores del 20 de mayo de 1970 protege a los trabajadores de empresas con más de 15 empleados contra los despidos considerados improcedentes y avala su derecho a obtener una indemnización o a ser reintegrados en su empleo.

El Gobierno de Silvio Berlusconi ya intentó modificarlo en 2002 y provocó una huelga general y una de mas manifestaciones más numerosas del país con cerca tres millones de personas que protestaron contra la reforma laboral.