El primer ministro italiano, Matteo Renzi, se reúne hoy con representantes de los sindicatos y de la patronal para intentar llegar a un acuerdo sobre la reforma laboral propugnada por su Gobierno, que será votada durante esta jornada en el Senado.

Se trata de la reforma conocida como "jobs act", presentada por Renzi para intentar sacar al país de la recesión económica en la que se encuentra y para empezar a crecer, que ha encontrado la oposición de los interlocutores sociales e incluso dentro del partido del primer ministro.

La primera cita de hoy comenzó a las 08.00 hora local (06.00 GMT) con una representación de los sindicatos, a la que seguirá una hora más tarde la reunión con Confindustria, la patronal italiana; posteriormente está prevista la votación en la cámara alta.

Renzi había puesto como límite para la aprobación de la reforma laboral la fecha de mañana, 8 de octubre, cuando se celebra en Milán una cumbre sobre empleo de líderes de la Unión Europea a la que el primer ministro tiene intención de acudir con su proyecto en vías de aprobación.

Sobre la mesa de las conversaciones de esta mañana en Roma está la polémica reforma del artículo 18 del Estatuto de los Trabajadores.

Según el proyecto presentado por el Gobierno, se mantendrá la obligación, contenida en ese artículo, de que el empresario, en caso de despido improcedente, pague una indemnización, pero no la de que deba readmitir al trabajador.

En detalle, la reforma laboral de Renzi prevé una tutela de manera gradual de los trabajadores, por lo que sólo con la antigüedad se podrán obtener algunos derechos, entre estos el de poder ser readmitido en caso de despido.

La propuesta de modificación de ese artículo es uno de los aspectos mas polémicos, que han desatado la oposición de los sindicatos pero también de una minoría dentro del Partido Demócrata (PD, en el Gobierno).

La "vieja guardia" del PD manifestó su oposición no solo a ese aspecto de la reforma sino incluso a las maneras de gobernar de Renzi, lo que se puso de manifiesto abiertamente en una reunión de la dirección del partido celebrada la semana pasada en Roma.

El rechazo de los sindicatos ha llegado incluso a la amenaza directa de uno de ellos, la Confederación General Italiana de Trabajadores (CGIL) de llegar a la huelga contra la reforma del Gobierno.

Su líder, Susanna Camusso, que hoy participa en las conversaciones con Renzi, declaró sobre este que "quien quiere abolir el artículo 18 está eliminando la libertad de los trabajadores".

El Artículo 18 del Estatuto de los trabajadores del 20 de mayo de 1970 protege a los trabajadores de empresas con más de 15 empleados contra los despidos considerados improcedentes y avala su derecho a obtener una indemnización o a ser reintegrados en su empleo.

El Gobierno de Silvio Berlusconi ya lo intentó en 2002 y provocó una huelga general y una de mas manifestaciones más numerosas del país con cerca tres millones de personas que protestaron contra la reforma laboral.