Los separatistas prorrusos prosiguieron ayer su contraofensiva para abrir un tercer frente en el este de Ucrania, mientras siguen cercando a miles de soldados ucranianos en la región de Donetsk.

Con ayuda de fuerzas rusas, según las autoridades ucranianas, los milicianos lograron avanzar hacia la ciudad de Mariúpol, la sede del gobierno local leal a Kiev y el principal puerto en el mar de Azov.

Los rebeldes informaron de que habían logrado cercar la ciudad, pero tanto el mando militar ucraniano como los observadores de la OSCE que llegaron esta semana a la zona lo han negado rotundamente.

Aún así, las fuerzas militares ucranianas se han afanado durante los últimos dos días en reforzar la defensa de la ciudad, donde miles de personas se manifestaron en contra de los insurgentes, según la prensa local.

A su vez, los separatistas aseguran que algunos de sus destacamentos ha llegado al mar de Azov, y se han hecho con el control de gran parte del territorio costero limítrofe con la Federación Rusa.

Por otra parte, los milicianos se han mostrado dispuestos a atender la petición del presidente ruso, que les llamó en la madrugada del viernes a abrir el cerco en torno a los soldados ucranianos en Donetsk.