La periferia de Estocolmo ha sufrido en las últimas 72 horas la mayor oleada de disturbios en años, después de que los incidentes originados al oeste de la capital se hayan extendido a una decena de barrios de las afueras.

Ocho personas detenidas, casi todos jóvenes, y decenas de coches quemados es el saldo de la última noche de enfrentamientos, que aunque han disminuido en intensidad en Husby, epicentro del conflicto, se han extendido a una decena de suburbios.

Los barrios afectados tienen en común la alta concentración de población de origen inmigrante y los problemas económicos que se han agudizado en los últimos años con la política de recortes del seguro de desempleo, las ayudas sociales y en educación impulsada por el Gobierno de derechas sueco.

El origen de los disturbios está relacionado con un incidente ocurrido hace una semana en Husby, cuando un inmigrante con problemas psíquicos murió por disparos de la policía en su apartamento, donde se había encerrado con su compañera.

Los agentes aseguraron haber disparado en defensa propia al ser amenazados supuestamente con un hacha, aunque la actuación irregular de las fuerzas del orden provocó protestas de los vecinos y la apertura de una investigación interna de la Policía de Estocolmo. Pero eso no sirvió para calmar los ánimos y la violencia estalló la noche del domingo al lunes con los primeros incendios.