La Secretaría de Turismo mexicana presentará un programa de seguridad integral para proteger a los turistas nacionales e internacionales, que el año pasado alcanzaron cerca de 200 millones de personas.

"A nosotros lo que nos interesa es ayudar a las autoridades mexicanas responsables de la seguridad publica a que tengan presente las necesidades de los turistas, además de que nos ayuden a que haya en los destinos turísticos una red, un piso de seguridad publica mínimo", dijo la secretaria de Turismo, Claudia Ruiz Massieu.

En una reunión con corresponsales extranjeros, la ministra apuntó que en su departamento son conscientes de que "la seguridad publica es un componente esencial para que el turismo pueda florecer y mantenerse".

Estas declaraciones se producen tras los sucesos del pasado 4 de febrero, cuando un grupo de turistas españoles fue asaltado mientras descansaba en una casa de Acapulco, en el Pacífico mexicano, y seis mujeres fueron violadas.

La pasada semana fueron detenidas seis personas que confesaron los hechos, mientras que otra se encuentra todavía en fuga. La ciudad turística de Acapulco está considerada como una de las más peligrosas del país.

El turismo es la tercera fuente de ingresos de divisas de México (después del petróleo y de las remesas de los emigrantes), genera cerca del 9 por ciento del producto interior bruto (PIB) y da empleo directo a 2,5 millones de personas.

Por ello, dada su importancia, Ruiz Massieu explicó que la secretaría de Turismo está trabajando con la Secretaría de Gobernación para generar estos protocolos de atención diferenciada para los turistas en esos destinos que tienen "dinámicas propias" porque "tienen un flujo constante de personas".

"Hemos trabajado de la mano con la Subsecretaría de Prevención de la Secretaría de Gobernación para que en su programa nacional de prevención social de la violencia y la delincuencia incorpore a algunos de nuestros destinos turísticos y podamos en conjunto ir desarrollando estrategias de prevención", añadió.

A lo que se busca llegar, explicó, es a que los sistemas de prevención funcionen en los destinos turísticos de tal manera que no haya que actuar después de que haya un problema.

Para ello se implementarán, por ejemplo, esquemas de información al turista sobre seguridad pública con "las precauciones naturales que se deben tener, como en cualquier parte del mundo que visites".

Además, se planea ofrecer información sobre seguridad vial, sobre protección a los derechos del consumidor, así como un protocolo de asistencia a turistas ante una posible tragedia natural.

En este plan, apuntó, se está contando con la participación de especialistas internacionales y de la Organización Mundial del Turismo.

El año pasado, México registró cerca de 200 millones de turistas, la octava parte de ellos extranjeros.