Los candidatos a la presidencia de EE.UU., el demócrata Barack Obama y el republicano Mitt Romney, reconsideran a contrarreloj sus estrategias para conquistar a indecisos e independientes y su es reto, según expertos consultados hoy por Efe, generar dudas sobre la fiabilidad del rival.

A 25 días de los comicios, ambas campañas insistieron este domingo en su guerra sobre quién defiende a la clase media y merece el "sí" del electorado.

Aunque el reciente debate entre los candidatos a vicepresidente, el demócrata Joe Biden y el republicano Paul Ryan, parece que no tuvo un claro ganador, los expertos coinciden en que Biden insufló energía a la campaña de Obama.

Entre risas socarronas e incisivos ataques, Biden intentó plantear dudas en torno a Romney, algo que se le recriminó que no hizo la semana pasada Obama en Denver (Colorado), en el primero de tres debates programados entre los dos aspirantes a la presidencia.

"Biden aportó a la campaña la energía que necesitaba. La semana próxima tendremos otro debate y la campaña de Obama tendrá que reforzar los argumentos que expuso Biden" y desacreditar a Romney, dijo Israel Navarro, editor para América Latina de la revista "Campaigns and Elections".

Obama tendrá que detallar "sus medidas para crear empleos, sus estrategias en Irak y Afganistán y su plan para un segundo mandato" y exigir que Romney "explique sus recortes presupuestarios" y su política exterior, agregó.

Héctor Schamis, profesor de la Universidad de Georgetown, consideró que Romney debe seguir destacando la anémica economía, el incumplimiento de las "grandes promesas" que hizo Obama en 2008, y que los republicanos "pueden terminar o avanzar con la recuperación".

El electorado de EE.UU. "confluye hacia el centro" y, en este ciclo electoral, el hilo conductor seguirá siendo "empleos, empleos, y más empleos", señaló el académico.

Agregó que Obama debe seguir vendiendo sus logros y subrayó que su error estratégico fue no comunicar bien que la crisis era peor de lo esperado y que el camino a la recuperación sería "sangre, sudor y lágrimas", como hizo en su día, tras la guerra mundial, el primer ministro británico Wiston Churchill

Allan Lichtman, profesor de American University, quien vaticina una victoria para Obama, señaló que "los debates presidenciales no deciden las elecciones" y éstas dependen "del desempeño del partido gobernante".

"Los debates pueden ayudar a Romney a salvarle de la irrelevancia" si articula una real alternativa a Obama, agregó Lichtman, quien ayudó a elaborar una fórmula que desde 1982 ha identificado correctamente al ganador.

La campaña de Obama reconoce la necesidad de ajustar su estrategia y lo hace, precisamente, destacando que Romney es una "veleta" que cambia de postura por conveniencia política.

"Creo que el presidente seguirá haciendo lo que hasta ahora, explicar al pueblo estadounidense hacia dónde cree que debe ir el país y comparar su visión con la de Romney", explicó un funcionario de alto rango de la Administración Obama, que pidió no ser identificado.

"El único ajuste que haremos es asegurarnos de que la gente entienda que Romney oculta varias de sus posiciones y lo que realmente haría si es presidente", agregó.

La campaña de Romney, animada por su triunfo en Denver, intenta presentarlo como el candidato que se preocupa "por el 100% del electorado" porque, a su juicio, Obama carece de una "hoja de ruta" para un segundo mandato.

Sharon J. Castillo, consultora de la campaña de Romney, afirmó que Obama "tiene un pésimo balance de creación de empleos" y Biden no ofreció "una explicación clara sobre el desastroso manejo por la Casa Blanca del ataque terrorista" contra el consulado de EE.UU. en la ciudad libia de Bengasi.

"En asuntos internos o de política exterior, los votantes pueden ver la falta de preparación (del binomio demócrata) en el uso de tácticas de miedo, las ambigüedades y las verdades a medias... no podemos sobrevivir cuatro años más de lo mismo", aseveró.

Obama aún domina en el mapa electoral, en particular en los estados clave de Ohio, Florida, Virginia, Nuevo Hampshire, Wisconsin, Colorado, Nevada, Iowa, y Carolina del Norte, pero Romney le pisa los talones.