El Gobierno de Canadá ha suspendido sus relaciones diplomáticas con Irán, según anunció ayer el ministro canadiense de Asuntos Exteriores, John Baird.

"Las relaciones diplomáticas entre Canadá e Irán han sido suspendidas. Todo el personal diplomático canadiense ha abandonado Irán, y los diplomáticos iraníes en Ottawa han sido urgidos a dejar el país en un plazo de cinco días", explicó Baird en un comunicado.

El ministro argumentó que Irán "es la amenaza más significativa para la paz y la seguridad mundial hoy en día" y se refirió al programa nuclear iraní y a la asistencia militar de Teherán al régimen del presidente sirio, Bachar Al Asad.

"El régimen iraní está proporcionando asistencia militar para apoyar el régimen de Asad; se niega a cumplir las resoluciones de la ONU relativas a su programa nuclear, habitualmente pone en peligro la existencia de Israel y se involucra en una retórica racista antisemita que incita al genocidio", aseveró Baird.

Además, acusó a Irán de ser "uno de los peores infractores del mundo en materia de derechos humanos" y de dar "refugio y apoyo material a grupos terroristas".

"Por otra parte, el régimen iraní ha demostrado un desprecio flagrante de la Convención de Viena y su garantía de protección para el personal diplomático. Dadas las circunstancias, Canadá ya no puede mantener una presencia diplomática en Irán", apostilló.