El banco británico HSBC pidió hoy disculpas ante el Senado de EEUU por la falta de regulación que permitió el lavado de dinero procedente supuestamente de los cárteles mexicanos y países como Irán y Siria, sancionados por EEUU.

"Permítanme decir claramente que lamentamos profundamente y pedimos disculpas porque HSBC no estuvo a la altura de las expectativas de nuestros reguladores, clientes, nuestros empleados, y el público en general", dijo la presidenta de la filial estadounidense de HSBC, Irene Dorner.

Dorner compareció ante el subcomité de investigaciones permanentes del Senado, que ha elaborado un informe en el que se acusa al banco británico de haber expuesto al sistema financiero estadounidense a riesgos como "lavado de dinero, narcotráfico y financiación terrorista" por no tener los controles necesarios.

La ejecutiva consideró que el ejercicio de la institución financiera ha sido "inaceptable" y reconoció: "Hemos fallado en una serie de asuntos importantes".

Dorner dijo que el HSBC "no invirtió lo que debía" en mecanismos para detectar movimientos de lavado de dinero, pero aseguró que han tomado medidas "efectivas" para evitar el uso ilícito del banco.

"HSBC ha aprendido algunas lecciones muy duras en los últimos años. Sin embargo, hemos tomado pasos muy importantes para hacer frente a los problemas que nosotros, los reguladores, y esta subcomisión han identificado", afirmó.

En este sentido, habló de un cambio en la cultura de la institución que "valore y recompense" un cumplimiento "efectivo" de las normas y señaló que en 2011 el grupo invirtió 244 millones de dólares en acciones para detectar operaciones ilícitas.

Durante la audiencia, el jefe del departamento de control del banco británico, David Bagley, reconoció que ha habido fallos en los sistemas de control y anunció su dimisión.

El subcomité ha realizado una investigación sobre las actividades de HSBC entre 2006 y 2010 y ha detectado que el banco, a través de algunas de sus filiales, esquivó las protecciones del sistema estadounidense.

El informe indica además que entre 2007 y 2008 la filial mexicana HBMX introdujo 7.000 millones de dólares en efectivo en el sistema sin tener en cuenta su procedencia o las características de las transacciones.

El documento acusa al banco de haber calificado a HSBC en México como una filial de bajo riesgo "pese a su localización en un país que afronta desafíos de lavado de dinero y de narcotráfico" y que cuenta con "clientes de alto riesgo como casas de cambio o cuentas en las Islas Caimán".