Corea del Sur y Japón acogieron hoy con una mezcla de cautela y satisfacción el anuncio de la moratoria nuclear de Corea del Norte, aunque advirtieron de que aún es pronto para retomar las conversaciones multilaterales con el régimen comunista.

Ambos países, aliados de EEUU y participantes en el estancado diálogo a seis bandas con Corea del Norte, definieron el acuerdo anunciado ayer por Washington y Pyongyang como un paso importante, pero se mostraron prudentes al insistir en que el país comunista debe plasmar su compromiso en "acciones concretas".

Corea del Sur, en guerra técnica con el Norte desde que el conflicto que los enfrentó (1950-1953) concluyera sin un tratado de paz, consideró que se necesita algo más que una "promesa sobre el papel" para volver a la mesa de negociación multilateral.

Pero admitió que, en cualquier caso, el acuerdo abre "la primera puerta" a la reanudación del diálogo, según indicó hoy un alto funcionario surcoreano citado por la agencia Yonhap.

"Corea del Norte ha aceptado nuestra demanda de pasos previos hacia la desnuclearización. Es una buena señal de que las discusiones avanzaron de forma satisfactoria de un modo relativamente rápido, como queríamos", indicó el oficial.

El pacto alcanzado entre Corea del Norte y EEUU recoge algunas de las condiciones que ponían Seúl, Washington y Tokio para reabrir las conversaciones multilaterales, como la moratoria del programa de uranio y el acceso a inspectores del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) a las instalaciones atómicas norcoreanas.

A cambio, Estados Unidos se ha comprometido a ofrecer 240.000 toneladas de ayuda nutricional al aislado país comunista, cuyos 24 millones de habitantes viven bajo una economía destrozada que se refleja en serias hambrunas.

El acuerdo es el primero cerrado con EEUU tras la muerte el 17 de diciembre del líder norcoreano Kim Jong-il, sustituido al frente del régimen comunista por su hijo menor, Kim Jong-un, quien se cree aún no ha cumplido aún los 30 años.

La transición de poder al joven Kim se ha llevado sin sobresaltos visibles y con el respaldo de las Fuerzas Armadas, y sus políticas parecen de momento seguir la opaca línea de las de su padre, quien en 2010 buscó a su vez la reapertura del diálogo nuclear, aunque sin condiciones.

Como Corea del Sur, Japón insistió hoy en que aún es pronto para retomar las negociaciones a seis bandas, que llegaron a un punto muerto en diciembre de 2008 y se paralizaron en abril de 2009, cuando Pyongyang anunció su retirada tras un ensayo con misiles que le valió la condena de la ONU.

"Si me preguntáis si estamos en un momento en que el diálogo a seis bandas se puede reanudar inmediatamente, diría que no", afirmó hoy el ministro japonés de Exteriores, Koichiro Gemba, que no obstante admitió que "el ambiente para las conversaciones está mejorando gradualmente".

El jefe de la diplomacia nipona añadió que es "extremadamente importante" que Pyongyang lleve a cabo "acciones concretas" hacia su desnuclearización y paralice, de un modo verificable, sus instalaciones nucleares.

De llevarse a cabo el pacto anunciado ayer, los inspectores del OIEA podrán regresar a Yongbyon, las principales instalaciones atómicas del país comunista y de donde fueron expulsados en abril de 2009, para vigilar la actividad nuclear norcoreana.

Mientras Japón y Corea del Sur, igual que EEUU, mantienen una cauta expectación ante las próximas acciones de Pyongyang, China, el principal y prácticamente único aliado de Corea del Norte, mostró su disposición a trabajar "con las partes implicadas para avanzar en las conversaciones a seis bandas".

Rusia, el otro integrante de la mesa multilateral de negociación, valoró "positivamente" el acuerdo y consideró que, tras la moratoria, la reanudación del diálogo para la desnuclearización de la península de Corea está más cerca.