El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, aseguró ayer que la Alianza no tiene intención de intervenir de modo alguno en Libia tras los recientes combates en la ciudad de Bani Walid. "Quiero subrayar que terminamos nuestra operación en Libia el 31 de octubre de 2011 y no tenemos intención de regresar", dijo Rasmussen en una rueda de prensa en Bruselas.

El secretario general de la Alianza recordó que la intervención en el país norteafricano se hizo bajo un mandato de las Naciones Unidas y con unas condiciones que ya no se dan.

"La respuesta breve es: no estamos presentes en Libia y no tenemos intención de volver", subrayó Rasmussen.

El político danés destacó el éxito de la misión desarrollada por la OTAN para proteger a los civiles libios del gobierno de Muamar al Gadafi, entonces en el poder, y subrayó que el trabajo se ha dado por finalizado.

"Bajo control"

El miércoles, el ministro de Defensa libio, Osama Yoweili, aseguró que la situación en la ciudad de Bani Walid, donde se registraron combates desde el lunes, está "bajo control" y desmintió las informaciones de que la localidad había sido tomada por rebeldes gadafistas.

Los duros enfrentamientos dejaron varios muertos y heridos en la localidad, una de las más leales a Gadafi durante la guerra.

Según el representante especial de Naciones Unidas para Libia, Ian Martin, los combates enfrentaron a la población local con brigadas revolucionarias, y no implicaron a supuestos simpatizantes del dictador.