El presidente francés, Nicolas Sarkozy, recibe hoy a los sindicatos y a la patronal en una "cumbre social" que servirá para anunciar una serie de medidas para favorecer el empleo, entre las que se espera la subida del IVA para compensar una rebaja de las cotizaciones sociales.

El encuentro, en el que participan los líderes de cinco de las mayores centrales sindicales del país y tres organizaciones empresariales, ha comenzado a las 9.00 horas locales en el Palacio del Elíseo y espera prolongarse por lo menos hasta mediodía.

Algunos de los dispositivos planteados en las últimas semanas son consensuales entre las partes, en particular la simplificación de los procedimientos para que las empresas puedan recurrir al paro parcial y el reforzamiento de la formación de los parados, de la que por ahora se benefician unas 600.000 personas al año.

Pero frente a eso, se espera un choque frontal respecto a la propuesta lanzada a mediados de noviembre por el Movimiento de Empresas de Francia (MEDEF) de establecer lo que se conoce como el "IVA social", es decir, incrementar el tipo de este impuesto que grava el consumo para poder disminuir las cotizaciones sobre los salarios, y en particular las patronales.

La idea, adoptada por Sarkozy, se traduciría -según avanzó hoy "Les Echos"- en un incremento de un máximo de dos puntos del IVA, cuyo tipo general en Francia es actualmente del 19,6 %.

Los sindicatos se han mostrado radicalmente en contra de lo que el Gobierno ha presentado como una reforma de la financiación de la protección social para aumentar la competitividad de los productos fabricados en Francia respecto a los importados de países en los que apenas hay cargas sobre el trabajo porque la Seguridad Social apenas está desarrollada.

La Confederación General del Trabajo (CGT) no dudó en denunciar por adelantado la "secuencia electoral" de la convocatoria de esta "cumbre" que pretende dar la impresión de una concertación para aplicar un "IVA social" que a su juicio es "una formidable estafa".

Tan problemático como el ascenso de ese impuesto es la iniciativa de la "competitividad de empleo" que permitiría a una empresa imponer a todos sus asalariados modular su remuneración o su tiempo de trabajo en función de la cartera de pedidos, a condición de un acuerdo previo con los sindicatos mayoritarios.

Algunos de estos dispositivos serán objeto de un anuncio hoy mismo, una vez que Sarkozy cierre la cita con los interlocutores sociales, mientras que otros tendrán que esperar unos días, pero en cualquier caso se conocerán antes de finales de mes.

Se trata de que se pueda legislar durante el mes de febrero o a comienzos de marzo, antes de que se disuelva el Parlamento de cara a las elecciones presidenciales y legislativas de la próxima primavera.