Al menos 22 personas murieron ayer, domingo, por disparos de las fuerzas de seguridad y del ejército en Siria, la mayoría en la provincia de Homs, en el centro del país, informaron los opositores Comités de Coordinación Local.

Veintiuno de los fallecimientos se registraron en Homs y uno en la provincia septentrional de Idleb, en una jornada en la que vence el enésimo ultimátum de la Liga Árabe para que el régimen de Bachar al Asad acepte el envío de observadores árabes y evite las sanciones impuestas por esa organización.

En Homs, cinco personas perdieron la vida después de que el ejército lanzara misiles contra la mezquita de Ahmad al Rifai, que se incendió. Además, un hombre y sus tres hijos menores de edad perdieron la vida en el barrio de Al Uar por los disparos efectuados por matones del régimen desde dos vehículos, mientras que en la zona de Mobarakiya un recluta del ejército murió tras negarse a disparar contra los manifestantes. En Idleb, el conductor de un minibús fue asesinado en un puesto de control en el norte de Maarat al Nuaman.