El presidente taiwanés, Ma Ying-jeou, declaró hoy que busca la firma de un acuerdo de paz con China en el plazo de diez años, pero que eso no lleva consigo el inicio de negociaciones sobre la unificación entre ambos territorios.

"La firma de un acuerdo de paz en el estrecho de Formosa no supone negociar la unificación", dijo Ma, en conferencia de prensa, al referirse al futuro de las relaciones entre el régimen chino y la isla de Taiwán, un estado al que sólo una veintena de países siguen reconociendo desde que se escindió en 1949.

La isla se gobierna de forma autónoma desde entonces, cuando se refugiaron en ella los nacionalistas del partido Kuomintang tras perder la guerra contra los comunistas de Mao Zedong y, a diferencia de China, adoptó un sistema democrático en la década de 1990.

El presidente taiwanés defendió hoy la firma de un acuerdo de paz con China, siempre que tenga fuerte apoyo popular en la isla, y la aprobación del parlamento, pero no lo considera un paso hacia la unificación, tal como le critica la oposición isleña.

Ma reiteró su política de "no a la independencia (la isla nunca declaró formalmente su independencia), no a la unificación y no al uso de la fuerza" en el estrecho de Formosa.

Para el presidente isleño, la firma de un acuerdo de paz serviría para institucionalizar la actual situación de distensión y responde a las expectativas de la comunidad internacional.

El conflicto de soberanía con Taiwán es uno de los principales motivos de tensión internacional entre China y Estados Unidos, ya que si bien la primera potencia económica reconoció al régimen de Pekín en la década de 1970, mantiene todavía un acuerdo de defensa con la isla en caso de que ésta sea atacada por el gigante asiático.

Aunque la llegada al poder de Ma en 2008 ha distendido las relaciones entre Pekín y Taipei, el régimen chino apunta a la isla con más de un millar de misiles para prevenir que ésta proclame su independencia de manera formal.