El disidente cubano Guillermo Fariñas cumple hoy una semana en una nueva huelga de hambre y sed que considera "la oportunidad de demostrar que uno está dispuesto a morirse" para "evitar otras muertes" de opositores pacíficos.

Fariñas declaró por teléfono desde su casa en la ciudad central de Santa Clara que mantendrá el ayuno hasta que el Gobierno presidido por Raúl Castro "haga cumplir sus propias leyes" en el caso del opositor Juan Wilfredo Soto, fallecido a principios de mayo, según la disidencia interna debido a una paliza policial.

El Gobierno, en una nota oficial divulgada al día siguiente de la muerte de Soto, negó la agresión policial, dijo que el disidente murió por un fallo multiorgánico originado por una pancreatitis aguda y denunció una "nueva campaña difamatoria" orquestada contra la revolución cubana.

Además, medios oficiales cubanos publicaron en días posteriores testimonios de familiares del opositor rechazando que la policía le hubiese golpeado y criticando que esa versión era un "invento de la propaganda contrarrevolucionaria".

"Sobre la muerte de Juan Wilfredo quieren echar un manto de silencio y precisamente lo que queremos es levantarlo para evitar otras muertes y la posibilidad de derramamientos de sangre, es por eso mi aferramiento a no ceder", sostuvo Fariñas, premio Sájarov 2010 del Parlamento Europeo.

"Estamos diciéndole al Gobierno que cumpla sus propias leyes y si no lo hace es porque tiene culpa y no le conviene que la verdad se conozca", añadió.

El psicólogo y periodista independiente, de 49 años, insistió en que su demanda incluye "un pronunciamiento público de las máximas autoridades cubanas en el que se comprometan a no golpear a los opositores pacíficos cuando estos hacen actividades no violentas en las calles".

El disidente opinó que "el Gobierno no respeta a la oposición y el detalle está en la toma o no de los espacios públicos a los que está aferrado porque considera que son solo para su uso. Esa es la nueva novedad entre opositores y el Gobierno castrista".

Fariñas mantiene su huelga número 24 en más de una década, la última de ellas, de más de cuatro meses el año pasado, para exigir la libertad de los presos políticos tras la muerte de Orlando Zapata a causa de un largo ayuno en la cárcel para ser tratado como preso de conciencia.

Sober la exhortación que hizo hoy desde Miami (EEUU) Reina Luisa Tamayo, la madre de Orlando Zapata, para que deponga este ayuno, Fariñas dijo que "es preferible morirme yo a que se muera otro hermano".

"Le agradezco a Reina Luisa y a sus familiares lo que están solicitándome pero hay momentos en la lucha en los que no se puede retroceder y este es uno de ellos", añadió.

Afirmó que esta semana ha recibido la visita de "un grupo de hermanos" de la disidencia, incluidos varios expresos políticos del "Grupo de los 75" entre ellos José Daniel Ferrer que en ese momento estaba junto a él, y han intentado convencerle para que abandone el ayuno.

Sobre su estado de salud, Fariñas dijo que hoy se siente "muy cansado, con dolor de cabeza permanente", también en tobillos y hombros, mucha somnolencia, hipotensión, escozor en las extremidades inferiores y síntomas de deshidratación.

"Los médicos están aquí muy preocupados, ayer (por el jueves) incluso vino a verme una comisión de especialistas del hospital y el policlínico (estatal)", declaró el disidente.

Explicó que desde hace algunos días le visitan dos veces al día para examinarlo y supervisar sus signos vitales, pero recalcó que si su estado de salud empeora solo acudirá a un centro hospitalario "inconsciente" y "hay posibilidades de que me niegue a ser hospitalizado".

Fariñas pasó la mayor parte de su anterior huelga, entre el 24 de febrero y el 8 de julio de 2010, hospitalizado en una unidad de cuidados intensivos en un hospital de Santa Clara, 250 kilómetros al este de La Habana, la ciudad donde reside, recibiendo medicación y alimentación por vía parenteral.