El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, llamó hoy a la comunidad hispana de Estados Unidos a que intensifique la movilización en favor de la reforma migratoria, en un desayuno de oración celebrado en Washington.

"Yo seguiré haciendo mi parte. Seguiré empujando al Congreso y trabajando con él (en favor de la reforma). Pero la única manera de conseguirlo es forjar un amplio movimiento social por la reforma", afirmó Obama.

Este desayuno de oración hispano, que el mandatario dedicó a la reforma migratoria, se celebra sólo dos días después de su visita y discurso sobre el mismo asunto en la ciudad fronteriza de El Paso (Texas).

A año y medio de las elecciones presidenciales, Obama trata de conservar el apoyo de la comunidad latina, clave en su llegada a la Casa Blanca, a pesar de que su promesa de lograr una reforma migratoria en su primer mandato no tiene visos de cumplirse con la Cámara de Representantes controlada por el Partido Republicano.

"Sé que hay algunas personas que desearían que yo pudiera eludir el Congreso. No puedo", dijo el presidente entre risas de los asistentes.

Así, Obama hizo alusión a las críticas de varias asociaciones hispanas que consideran que debería usar sus prerrogativas presidenciales para emprender medidas concretas en materia migratoria y no dejar el asunto únicamente en manos de la Cámara Baja, cuya mayoría pide en realidad más firmeza contra la emigración ilegal.

Hasta ahora el Congreso de EEUU ha mostrado un escaso interés en la introducción de cambios en el sistema migratorio, un asunto que divide profundamente a la población del país.

Obama, que en su discurso en El Paso destacó la importancia de la reforma para la economía y la seguridad nacional, subrayó en el desayuno de oración que se trata además de "un imperativo moral".

En su alocución hubo lugar también para romper una lanza a favor del "Dream Act", el proyecto de ley que contempla regularizar el estatus migratorio de los estudiantes indocumentados que llegaron a EEUU siendo niños y que volvió ayer al Congreso de la mano de legisladores demócratas tras una década sin éxitos.

"La reforma migratoria se convierte en un imperativo moral cuando estos chicos ven denegado su acceso a la universidad o a las Fuerzas Armadas por culpa de las acciones de sus padres", afirmó en este sentido.

Según datos oficiales, en EEUU había en 2010 unos once millones de inmigrantes en situación irregular y de ellos un 62 por ciento son mexicanos.