La primera ministra croata, Jadranka Kosor, y el presidente, Ivo Josipovic, lamentaron hoy la condena por crímenes de guerra de dos generales croatas, entre ellos Ante Gotovina, y anunciaron que recurrirán la sentencia del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY).

"Puesto que el Consejo (judicial) de primera instancia determinó que la dirección estatal croata actuó en un ''acto criminal conjunto'' contraria al derecho internacional y las convenciones de la ONU, tengo que decir que esto para el Gobierno de Croacia es inaceptable", declaró Kosor en rueda de prensa, transmitida por los medios nacionales.

Anunció que el Gobierno dará todos los pasos jurídicos necesarios para rebatir ese tipo de calificaciones y para anularlas en el procedimiento judicial de segunda instancia.

En su declaración a los medios de comunicación tras las sentencias pronunciadas hoy en La Haya, Josipovic se manifestó "convencido de que no existió un ''acto criminal conjunto'' en la defensa de Croacia".

Expresó la esperanza de que "en el proceso de apelación contra la sentencia serán revisadas a fondo y anuladas muchas tesis en que se basa la sentencia".

Kosor y Josipovic subrayaron que la ofensiva de 1995 del Ejército croata por la que, bajo la comandancia del general Gotovina, Croacia recuperó control sobre los territorios que desde 1991 estaban bajo la rebelde "República Serbia de Krajina" fue "legal y legítima" y que Croacia se defendía de una agresión dirigida desde Belgrado.

También ambos llamaron a los ciudadanos y a los veteranos de guerra croatas a "mantener la dignidad" y la responsabilidad.

El general retirado croata Ante Gotovina ha sido condenado hoy por el TPIY a 24 años de prisión, el general Ivan Cermak ha sido absuelto y al general Mladen Markac se le ha impuesto una pena de 18 años de cárcel.

Gotovina y Markac, según la sentencia, formaron parte de una "agrupación criminal" con el difunto presidente croata, Franjo Tudjman, cuyo objetivo fue eliminar a la población serbia de la "Krajina".

Durante la ofensiva murieron unos 150 civiles serbios y entre 150.000 y 200.000 personas de esa etnia huyeron del país.