En un atentado que tiene el sello de Al Qaeda, 21 personas murieron y 79 resultaron heridas al estallar la noche del viernes una bomba frente a un templo cristiano de la ciudad egipcia de Alejandría.

Se trata del peor ataque que sufre la comunidad cristiana egipcia, que representa el diez por ciento de la población, y uno de los más graves en la reciente historia del país, escenario de sangrientos atentados perpetrados por integristas islámicos. La bomba estalló cuando los cristianos comenzaban a salir de la iglesia de Los Dos Santos, en el barrio de Sidi Bishr, después de que un millar de personas asistiera a una celebración que se extendió hasta la medianoche.

"Casi a las 00:15 estaba a la puerta de la iglesia y de repente escuché una explosión muy fuerte, y poco después vi a gente muerta a la puerta del templo", dijo a la televisión pública uno de los testigos, Musa Jalil, cristiano. "Había sangre y restos de cuerpos repartidos por todo el área, salpicando los muros y el suelo frente a la iglesia", señaló, por su parte, otro de los testigos, Sami Saad.

Un comunicado oficial del Gobierno, citando a fuentes del Ministerio del Interior, descarta la primera hipótesis que se manejaba, un coche bomba aparcado frente al templo, pero otros expertos consultados por Efe insisten en esa versión oficial.

Según las fuentes del Ministerio del Interior, no hay pruebas de que se tratara de un coche bomba, y dijeron que creen que el artefacto, que contenía tuercas y tornillos, lo portaba un terrorista suicida.

Expertos en explosivos consultados por Efe calculan que la bomba contenía unos 50 kilos de TNT, una carga que difícilmente podría portar una persona.

Además, estos expertos destacaron que uno de los vehículos aparcados frente al templo, un Skoda verde con matrícula de Alejandría, se elevó al estallar la bomba, lo que reafirma la hipótesis de que la carga estaba situada dentro de ese automóvil.

Según la televisión pública, algunos testigos dijeron que habían visto a una persona salir del coche verde aparcado en el lugar, y poco después estalló el artefacto.

Fuentes de los servicios de seguridad dijeron que los restos de las víctimas llegaron hasta la tercera planta de algunos edificios de la zona, y agregaron que los agentes encargados de la vigilancia estaban lejos del lugar. Un oficial y tres agentes de seguridad, encargados de la vigilancia del templo, resultaron heridos en el atentado.

La bomba causó daños en los edificios cercanos, incluida una mezquita que se encuentra frente al templo cristiano.

La ira que estalló entre los cristianos tras el atentado motivó a algunos a dirigirse a la mezquita, y se produjeron forcejeos con los musulmanes que se encontraban allí. A lo largo del día hubo otros choques entre cristianos y la policía, y las manifestaciones fueron sofocadas con gases lacrimógenos.

Estos enfrentamientos causaron una decena de heridos, la mayoría con síntomas de asfixia por las bombas lacrimógenas.

Ningún grupo ha reivindicado aún este atentado, pero los cristianos egipcios ya fueron amenazados el pasado 1 de noviembre por el Estado Islámico de Irak, una coalición terrorista encabezada por la rama iraquí de Al Qaeda.