El presidente del Partido Socialista Europeo (PES), Poul Nyrup Rasmussen, ha advertido a la canciller alemana, Angela Merkel, de que su propuesta de reformar el Tratado de Lisboa para privar de voto a los países que no se ajusten a la disciplina presupuestaria común es de "extrema derecha".

Al término de la cumbre de líderes socialistas previa a la cumbre de otoño de la UE que se celebra entre hoy y mañana en Bruselas, Rasmussen ha apuntado que la familia socialista "se levantará ante esas políticas de extrema derecha que propugna Merkel".

Rasmussen ha reiterado su oposición total a una reforma de los tratados que conduzca a la privación del voto, entre otras razones como muestra de solidaridad con otro líder socialista europeo, el primer ministro griego Yorgos Papandréu, cuyo país podría quedar sin voz en Bruselas de llevarse a la práctica las reformas que propugnan Alemania y Francia.

Rasmussen ha criticado que Merkel hiciera su propuesta fuera del circuito de los Consejos Europeos -en un encuentro bilateral con el presidente francés, Nicolas Sarkozy- y ha advertido a Merkel de que "debe abandonar ese camino" y "dejar de controlar" las cumbres.

El ex primer ministro danés ha apuntado que ayer los líderes socialistas remitieron al presidente permanente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, una carta en la que adelantaban sus peticiones de cara a la cumbre.

Los socialistas quieren "no sólo hablar de deuda y déficit, sino también de empleo y crecimiento".

"Todo el mundo quiere estabilidad presupuestaria, pero la crisis ha producido siete millones de parados más", ha advertido Rasmussen.

"En la UE hay un 10% de paro, una cifra que en EEUU significaría una catástrofe, pero en Europa ni se habla de ello", ha añadido.

El dirigente del PES ha señalado asimismo que es partidario de "mejorar la gobernanza económica europea y utilizar instrumentos financieros como los eurobonos".

Otro punto que los socialistas quieren dejar por escrito es la negativa a que se use la retirada de los fondos estructurales como amenaza contra los déficit excesivos.

"No podemos aceptar que se use estos fondos como una sanción", ha sentenciado.