El primer ministro griego, Yorgos Papandréu, calificó ayer de "escenario de imaginación" la salida de Grecia de la Eurozona y lanzó un reto a la UE, al decir que "sería útil que se note que la UE tiene un arma poderosa sobre la mesa capaz de desalentar a los especuladores".

En una sesión extraordinaria del Parlamento sobre el plan de estabilidad y desarrollo de la economía griega, el primer ministro insistió en que su país no ha "pedido dinero (a Europa)", aunque animó a Bruselas a brindar su apoyo.

"Lograremos salir adelante. Pero sería útil que se note que la UE tiene un arma poderosa sobre la mesa que es capaz de desalentar a los especuladores", indicó el dirigente socialista, en referencia a la cumbre del próximo jueves en la que los líderes europeos debatirán mecanismos de apoyo a Grecia.

Papandréu declaró que "todos reconocen la perspectiva y la utilidad de nuevas herramientas estructurales para la estabilidad de la Eurozona, ya se llame Fondo Monetario Europeo, bonos europeos, garantías para créditos". Explicó que, "con una mezcla de falta de credibilidad, con la grave situación de los mercados internacionales y en el sistema político de muchos países, fue fácil para Grecia ser el conejillo de Indias de la nueva fase de la crisis mundial".

Papandréu recordó el estricto programa de ahorro aprobado por su Gobierno y aseguró que "Grecia ya no es el problema".

Condiciones de Trichet

Por su parte, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean Claude Trichet, puso ayer condiciones muy estrictas para que la autoridad monetaria considere aceptable una ayuda financiera europea a Grecia, y rechazó como "absurda" la hipótesis de la expulsión de un estado miembro de la Eurozona.

En una comparecencia ante el Parlamento Europeo (PE), Trichet descartó que los socios europeos pudieran conceder préstamos subvencionados al Estado griego para ayudarle a superar su grave crisis presupuestaria.

Además, Trichet consideró que los préstamos tendrían que ir ligados a estrictas condiciones, aparte de las que ya se aplican a este país en razón del Pacto de Estabilidad y Crecimiento que ha forzado al gobierno del socialista Papandréu a acometer un drástico plan de ajuste.

La posibilidad de recurrir a préstamos bilaterales coordinados sólo sería aceptable si Grecia se ve arrastrada a una situación de "extraordinaria" gravedad, que represente una amenaza inminente para ella y para el conjunto de la zona.