Un grupo de expertos sobre seguridad aérea de la UE estudiará mañana en Bruselas la utilidad de los escáneres corporales en la seguridad del transporte aéreo, anunció ayer una portavoz comunitaria.

El grupo, formado por expertos de los países comunitarios, debatirá durante todo el día, en una reunión especial, el empleo de estos aparatos y su impacto en el derecho a la privacidad y la salud, según explicó Barbara Helfferich, portavoz de la Comisión Europea.

La reunión no tomará decisiones, ya que los grupos de trabajo únicamente pueden formular recomendaciones, añadió.

Bruselas ha retomado el debate sobre los escáneres corporales, después de que Holanda anunció su uso en el aeropuerto de Schiphol tras el atentado frustrado durante un vuelo entre Amsterdam y Detroit.

Helfferich dijo el lunes que "la CE considera los escáneres corporales, si cumplen con los estándares de salud y de seguridad, como una herramienta adicional útil a otras medidas de seguridad, si no van contra las leyes nacionales y europeas".

Este tipo de escáner proporciona una silueta muy detallada del cuerpo del pasajero, como si estuviera desnudo. Actualmente no hay normas a nivel europeo que impidan a un país introducir escáneres corporales.

En noviembre de 2008, la Comisión Europea retiró una propuesta para la introducción de esta tecnología.

Protección al menor

Por otra parte, los planes del Gobierno británico de introducir escáneres corporales en los aeropuertos, para minimizar el riesgo de embarque de explosivos, amenazan con violar las leyes de protección al menor, señaló ayer el diario The Guardian.

Las imágenes producidas por las máquinas son tan gráficas que suponen "un virtual cacheo al desnudo", indicaron al rotativo las organizaciones defensoras de la intimidad de las personas.

Según el periódico británico, el Gobierno afronta la posibilidad de suprimir los escáneres corporales a los menores de 18 años mientras se aprueba una legislación que asegure que el personal de seguridad de los aeropuertos no comete delitos en virtud de las leyes que prohíben la pornografía infantil.

Además, el Gobierno afronta peticiones de los grupos defensores de las libertades civiles para impedir que las imágenes tomadas a los pasajeros, especialmente de gente famosa, no terminan en internet.