El depuesto presidente, Manuel Zelaya, entró ayer en Honduras a las 13:30 hora local (19:30 GTM) por el paso fronterizo con Nicaragua de Las Manos, pero regresó al país vecino al cabo de dos horas. Al pisar de nuevo territorio hondureño, 24 días después de haber sido derrocado por los militares, afirmó que actuaba con "prudencia", pero con "valentía".

"No tengo miedo cuando trabajo por un fin noble", declaró Zelaya a su llegada a suelo hondureño, a lo que agregó: "No tengo odio contra nadie". Asimismo enfatizó: "Sé defender mis derechos y no me dejo cuando alguien intenta ultrajarme"

Durante su breve estancia en Honduras, Zelaya se mantuvo en el puesto fronterizo, sin acercarse al lugar en el que estaba el retén policial y militar, en espera de su familia y seguidores que estaban retenidos por las fuerzas de seguridad a unos 12 kilómetros.

"Ya estoy en territorio hondureño pero no quiero confrontar a los militares", expresó Zelaya que agregó que en Las Manos esperaría "buscar un arreglo, un diálogo" con las autoridades para que le permitieran continuar hacia el interior del país. Del mismo modo, subrayó que volvía a su país "en paz" y sin armas. Dijo que regresaba "con plenas garantías, con plena seguridad de que estamos haciendo lo correcto", e insistió en que "la libertad es un principio al que no voy a renunciar".

Con su regreso, recalcó que "hay una oportunidad de que el país vuelva a la calma" y termine la crisis política causada por su derrocamiento. Sin embargo, apuntó que Micheletti no sólo debe abandonar el Gobierno, sino que también "tiene que retirarse como presidente del Partido Liberal", en el poder, al que ambos pertenecen.

Poco antes del ingreso de Zelaya, las fuerzas de seguridad tuvieron al menos dos escaramuzas con cientos de seguidores del depuesto gobernante que se encontraban en el retén en la salida de El Paraíso, donde se les impidió seguir hacia Las Manos, situado unos 12 kilómetros al sur.

Al menos dos personas resultaron heridas leves en los incidentes -un policía que recibió una pedrada y otra persona que sufrió una rozadura de bala-, según los medios locales, aunque la Agencia Bolivariana de Noticias, informó de que fueron dos las personas que resultaron heridas de bala, citando los nombres de Manuel Arquímides Rodríguez, que presuntamente fue alcanzado en un hombro por los disparos de los agentes de las fuerzas de seguridad estatales y Moisés Rivas que fue herido en una oreja.

Zelaya ingresó a Honduras pese a la reiterada advertencia del nuevo ministro de Defensa, Adolfo Sevilla, de que si cruzaba la frontera sería capturado.

A su vez, Sevilla añadió que un alto oficial de las Fuerzas Armadas de Honduras cruzó a Nicaragua "para dialogar" con él, al tiempo que aseveró que lo mejor que podía hacer era "no entrar al país ahora", sino después de las elecciones generales, previstas para el 29 de noviembre.

"Acto de provocación"

Horas antes, el presidente de facto, Roberto Micheletti, había pedido a Zeleya que desistiera de su intención de regresar al país, un acto que tildó de "provocación" y de "pretensión de provocar violencia".

Se da la circunstancia, de que entró a Honduras en medio del toque de queda que el Gobierno de Micheletti puso en vigor a partir de las 12:00 horas locales (18:00 GMT) en los departamentos de Olancho, El Paraíso, Choluteca y Valle, los tres primeros limítrofes con Nicaragua, y el último con El Salvador.

En el resto del país, el toque de queda se mantenía de las 24:00 a las 04:30 hora local (06:00 a las 10.30 GMT).

El Mercosur y sus países asociados, que se reunieron ayer en Paraguay con motivo de su XXXVII cumbre, reiteraron ayer "su más enérgica condena" del golpe de Estado que depuso a Zelaya y agradecieron la mediación en ese conflicto del mandatario costarricense, Óscar Arias.

Por su parte, la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, calificó de "imprudente" el intento de Zelaya de regresar a su país y el secretario de Estado adjunto para Latinoamérica, Thomas Shannon, indicó que el plan del presidente costarricense, Oscar Arias, "ofrece lo mejor para Honduras", por lo que recomendó al depuesto presidente y al mandatario interino que lo acepten.

Entre tanto, el portavoz adjunto del Departamento de Estado de EEUU, Philip Crowley, informó ayer de que el depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, prevé estar el martes de nuevo en Washington para "más conversaciones" con las autoridades acerca de su situación y la crisis que vive su país.