Las panaderías españolas elaboran más de 350 variedades de pan, de ahí que cada cual tenga su favorito. Personalidades de distintos ámbitos como Josep Carreras, Ángel Corella, Martina Klein o Loquillo desvelan el suyo y su pasión por este producto en el libro "Locos por el pan".

Editado por Lunwerg y prologado por Ferran Adrià, que califica el pan de "mágico", se trata de una iniciativa del horno artesano L''Obrador, que destinará los beneficios de su venta al Banco de Alimentos y a la Fundación Josep Carreras contra la leucemia.

Según se indica en el libro, este alimento milenario vive "su Edad de Oro particular, después de unos años en los que fue el gran olvidado de nuestras mesas", gracias a que "panaderos españoles han puesto el ingenio y la innovación al servicio de las fórmulas tradicionales".

Y, según dice uno de ellos, el artesano Pere Roche, de L''Obrador, precisamente "en la tradición está su futuro".

"No solo del pan vive el hombre, pero es muy cierto que muchos hombres y mujeres son incapaces de vivir sin el pan". Por ello 26 destacadas personalidades del mundo de la cultura, el deporte, la gastronomía, la salud y la moda se declaran "panáticos".

Así, el actor y director de cine José Corbacho confiesa que tiene "cierta adicción" por un producto que llegó a pedir -y consiguió- para acompañar los sofisticados platos de Adrià en elBulli

La modelo Martina Klein disfruta de una baguette francesa con aceite y sal, y la periodista y escritora Rosa Montero, critica "algunas panaderías supuestamente de lujo que son una auténtica engañifa".

El Premio Planeta 2011, Javier Moro, confiesa que le gusta tanto el pan que estuvo a punto de abandonar la literatura para abrir una panadería de lujo en Madrid tras entregar el manuscrito de "Pasión india". Los más de un millón de ejemplares vendidos le hicieron desistir.

Carles Sans, de Tricicle, recomienda guiarse por el sonido que emite el pan al partirlo para saber si es bueno, y el bailarín Ángel Corella recuerda que, en sus comienzos, le tiraron trozos de pan duro cuando ensayaba porque a los vecinos les molestaba la música.

La actriz Cayetana Guillén Cuervo critica el daño que la cultura de lo ''light'' hace al pan, que considera "imprescindible" en la mesa.

El eminente cardiólogo Josep Brugada asegura que es un componente "indispensable" en una alimentación saludable y equilibrada, en lo que coincide con el exjugador internacional de baloncesto y médico Juan Antonio Corvalán, que afirma que "la asociación de pan y sobrepeso es errónea".

Lepoldo Abadía, el autor del célebre "La crisis ninja y otros misterios de la economía actual" advierte de "una nueva burbuja que puede estallar, por un exceso de puntos de venta de pan".

Josep Carreras presume de su chapata con carpaccio y parmesano y Loquillo asegura: "Después de un concierto soy capaz de matar por un pedazo de pan".

El maestro panadero Pere Roche es optimista con respecto al futuro de su sector, pese a la "ilógica guerra del pan" -por la que se venden baratas barras de baja calidad- y la "falta de regulación".

"Ahora hay mucha cultura del pan, igual que de cocina. Y es gracias a una corriente de gente del oficio que apuesta por un producto de calidad, y empieza a valorarse su labor, que no es fácil", dice.

Roche está convencido de que el pan será "una pieza clave de la gastronomía", pero solo si "todos se conciencian de que hay que hacerlo bien, de que la tradición tiene futuro", ya que reconoce que en el sector hay "quien no sabe el oficio y va al negocio puro y duro".

Por ello recomienda apostar por los artesanales "con fermentos naturales, materia prima adecuada, fermentación lenta, cocidos en horno de piedra y hechos con mimo".

También "probar panes distintos y para cada ocasión" e "inculcar la cultura del pan a los hijos", volviendo al bocadillo para merendar en lugar de la bollería industrial.

Su favorito es el pan de cerveza, "de miga suave y fresca y crujiente corteza, ideal para comer con embutidos". Y jamás compraría pan en una gasolinera.

Los médicos recomiendan un consumo diario de entre 200 y 250 gramos, ya que 100 gramos de pan blanco aportan 250 kilocalorías. Los panaderos, disfrutar del embriagador olor del pan recién hecho, no resistirse a pellizcarlo, mojar las salsas, comer bocadillos con buenos ingredientes, y aprovechar el que haya quedado algo duro como picatostes, en púdines o en sopas frías y calientes.