En lugares como El Tema es donde todavía pueden encontrarse rastros de aquel espíritu humeante y bien provisto que desprendían las tradicionales casas de comida de toda la vida.

De una parte, porque se trata de uno de los establecimientos más emblemáticos de la zona de El Portezuelo -hasta me atrevería a decir que de la Isla- y, de otro, porque la presencia del inquieto Esteban Rodríguez en los fogones (antes en El Manantial de Jóver) garantiza la fidelidad hacia las maneras del recetario tradicional y, además, el compromiso con los productos que la tierra entrega al esfuerzo del agricultor o la mar brinda al empeño que rezuman los pescadores.

El resultado que se va a encontrar el comensal es simple: una carta que se recita casi de memoria, con una sucesión de sabores reconocibles que van desde los callos (una seña de identidad del local) y los huevos a la inglesa, ensaladas o croquetas, pasando por los tradicionales platos de cuchara (potajes, sopas) y continuando con esos platos ya clásicos de la cocina tradicional canaria como el adobo; las garbanzas; carne fiesta; carne con papas; ropa vieja, además de bacalao salado y pescado fresco al peso, pero preparados según el gusto y la herencia de un cocinero que, formado en la ortodoxia de la escuela, atesora ya un bagaje en el oficio que lo convierten en un referente.

Valga como ejemplo de estilo un sabroso plato de ropa vieja donde se definen las garbanzas, el pollo, la papa, la zanahoria... También la popular carne fiesta, por lo que representa de recuperación de un plato tradicional que surge de las puntas de las costillares y deriva, con el paso del tiempo y los usos, en una carne limpia. O el rejo de pulpo, acompañado de pimienta, aceite y vinagre... Sin más.

¡Ah! Los productos proceden del mercadillo del agricultor, una garantía, y el vino es de la zona, de los cosecheros.

El Tema invita a la mesa.