La cantante lisboeta Carmo Rebelo de Andrade, conocida como "Carminho", ha afirmado que el fado cantado en español no es fado ya que es "una imposibilidad" cantar este género propio de Portugal en este idioma y que siga siendo lo mismo, y ha manifestado que en España, de no ser fadista, sería flamenca.

Esto ha dicho "Carminho" en una entrevista concedida en Badajoz, donde esta noche tomará parte en el Festival de fado y flamenco "Badasom".

Según ella, el fado "normalmente le gusta a la misma gente a la que le gusta el flamenco" ya que "ambas tienen la misma entrega, la misma verdad, y los españoles comprenden muy bien lo que estamos haciendo".

Tras sus colaboraciones con cantantes españoles como Pablo Alborán y José Carreras, y preguntada sobre si su música pertenece a una corriente aperturista del fado, ha aseverado que se dedica a hacer lo que le gusta, "sin pretensiones de cambiar el fado".

"Me encanta el fado tradicional", aunque a sus 28 años no quiere perder el pasado "pero sí hacer lo que mi gusto manda, algo se quedará diferente".

"Como cualquier música tradicional, vas cambiando con el tiempo pero tú no lo ves", ha matizado.

En su ambiente, de pequeña, el fado siempre fue "algo muy natural" ya que desde la cuna ha escuchado en vivo las historias de los poetas cantadas, una afirmación a la que ha añadido que siempre ha estado "acostumbrada a convivir en este medio con esta gente".

Crecida en una familia donde siempre se ha escuchado fado y con una madre fadista, "Carminho" dice que su intención es seguir cantando el fado tradicional pero, dado que le gustan mucho otras músicas, no cierra la puerta a cantar con otra gente que hace pop o música clásica.

También ha cantado con figuras de la música brasileña como Chico Buarke, por lo que ha señalado que no pretende que otros hagan fado y que prefiere no perderse experiencias con aquellos que hacen cosas diferentes a las suyas.

Reconoce estar influida por los gustos de sus padres, que siempre le recomendaron canciones para cantar en función de su edad y madurez, y que así fue como empezó, cantando en la casa de fados y taberna de sus progenitores en Lisboa.

Después cursó estudios de mercadotecnia y durante un año recorrió varios países en una experiencia de ayuda humanitaria, un tiempo en el que dice haber crecido humanamente para, después, regresar a su país, cantar lo aprendido, grabar el primer disco y alcanzar el éxito fuera de sus fronteras.

A ello ha contribuido el cantante de pop español Pablo Alborán, gracias al que, ha indicado, muchas personas en España se interesan por el fado y en Portugal por la música que se hace en España.

"Mi colaboración con Pablo ha provocado la aproximación de mucha gente a mi música y mi cultura", ha añadido la fadista, que cantará esta noche en el mismo escenario que lo hará la cantante flamenca Diana Navarro.

En el futuro, espera seguir cantando fados por el mundo y sacar a la vez en los próximos meses un nuevo disco en el que empieza a trabajar y con el que confía en poder ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas en su país.

"El panorama del fado en Portugal está mal, como todo en el país, pero la cultura sigue siendo la motivación y la salvación de las personas, les da la voluntad de trabajar, continuar para poder sobrevivir. La cultura es la forma de dar calidad de vida a las personas", ha señalado.