Dos parejas se miran la una a la otra en el espejo de dos caras que les pone Josep Vilageliu, director de "Rondó", mediometraje de 40 minutos de duración cuyo rodaje se llevó a cabo en localizaciones del municipio de Tegueste y en las playas de Candelaria y Puerto de la Cruz. Enzo Scala, Idaira Santana, Leonor Cifuentes, Winslow Iñaki y Chema Menéndez interpretan a los personajes de esta historia sobre los deseos, las carencias y los miedos con la que se cerrará la velada cinematográfica del TEA.

Una comedia musical sin canciones sobre la base de una ronda amorosa y el fluir de la vida hace pensar en dos grandes clásicos: Max Ophüls y Jean Renoir.

"No pensé tanto en Ophüls pero sí en Renoir cuando escribía el guión -admite Josep Vilageliu-. Sobre todo en la primera escena, planteada como un allegro, un paseo por el campo en el que expreso este sentimiento vital que siempre relacionamos con la naturaleza, que en Rondó es artificial, un jardín. También en la idea de la vida como representación. Pero también está Antonioni, no por casualidad uno de los personajes contempla en la televisión una escena de El eclipse".

Lawrence Durrell escribió que en el acto de pareja intervienen cuatro personas: los dos implicados y los que uno y otro tienen en la cabeza. "Esto es exacto en Rondó -afirma Vilageliu-. Cada pareja se mira y se refleja en la otra colmando su propio imaginario. Las dos parejas llegan a fundirse en una sola. Hay un momento en que una de las parejas acude a un teatro y los actores de la obra son ellos mismos, la identificación es perfecta. Algunos personajes de El Cuarteto de Alejandría me inspiraron un corto hace ya algunos años; es posible que haya quedado alguna reminiscencia".

La danza y la música han sido aliados habituales del director a lo largo de tu trayectoria.

"Con la trágica desaparición de Enrique Guimerá -explica Vilageliu- René Martín ha llenado este vacío en mis últimas películas. Con Rondó ha llegado al máximo, componiendo una partitura muy compleja que busca su contrapunto en la imagen y juega con ella arrancando nuevas texturas. La danza aquí es minimalista, se inscribe en cada movimiento de los rostros y los cuerpos de los actores".

2013 se ha iniciado con los peores vaticinios para el cine español, cuya producción podría quedar severamente limitada.

"La renovación en el cine siempre ha llegado de la mano de una revolución tecnológica y de una crisis económica y social. La primera se había ya asentado pero faltaba la segunda -valora el cineasta catalán afincado desde hace cuatro décadas en Tenerife-. La nueva tecnología digital solo había sustituido a la anterior, pero no había afectado a la narrativa clásica".

"Existe ya un cine invisible que se exhibe en salas alternativas -abunda-. Es necesario dinamitar el sistema actual de exhibición, colapsado por las multinacionales, y en un futuro es posible que renazcan los cineclubs".

Paradójicamente, las actuales condiciones están favoreciendo el retorno a los "talleres" y a los pequeños formatos como el que Vilageliu ha cultivado a lo largo de su carrera.

Para el realizador barcelonés, este retorno "no sólo es bueno, es necesario. Estas nubes son pasajeras y en unos años volverá la bonanza y con ella las subvenciones, etc. Ahora es el momento de hacer el cambio, es la tarea que tenemos por delante para que el cine que renazca sea un cine nuevo, con una nueva mirada, ya que el imaginario del cine se nutre de nuestra visión del mundo y viceversa".