Las formas clásicas de hacer negocios están evolucionando. No significa que ya no existan o que se hayan quedado anticuadas y caído en el desuso. Lo que queremos decir es que se han tenido que adaptar a los tiempos actuales y transformarse y complementarse con el mundo digital.

Los antecedentes del comercio en la red

Pongámonos en situación. Hace apenas un par de décadas, Internet era un invento todavía muy novedoso y sin apenas penetración en los hogares españoles. Solamente aquellos más interesados por la informática y por las nuevas tecnologías se empezaban a plantear algo al respecto.

La voz se corrió rápidamente. Nadie estaba muy seguro de para qué servía, pero era algo tan diferente a lo que siempre había existido hasta el momento, que era inevitable sentirse atraído por la pantalla, donde cosas increíbles y que no comprendíamos bien estaban comenzando a pasar.

Las compañías proveedoras del servicio empezaron a proliferar como las setas. Se valían de la línea telefónica para poder conectar nuestros modem a Internet, y como el sistema era todavía muy primigenio, cuando esto sucedía no se podía usar el teléfono al mismo tiempo.

Además, no existía ni el ADSL ni la fibra óptica que usamos hoy. Conectarse era un suplicio, se tardaba bastante tiempo y era costoso. Las primeras tarifas planas daban opción de navegar a partir de las 6 de la tarde o los fines de semana. Con esas condiciones, el futuro no se auguraba demasiado prometedor. No es de extrañar que las empresas fueran recelosas en esos momentos.

Se requería de un equipo informático de la época, que recordemos que no todas las familias tenían uno en su hogar, no era tan habitual como hoy en día. Además, había que pagar la conexión y tener cuidado de no usar Internet más allá de las horas estipuladas para ello por la compañía.

Ante este panorama no es de extrañar que costara llegar a ver sus aplicaciones comerciales. Primero, se hicieron evidentes las posibilidades de comunicación. Ya era posible mandar mensajes de correo electrónico o en forma de mensajería instantánea a través de los chats, a cualquier parte del mundo.

Esto maravilló a los usuarios, que empezaron a usar el email para comunicarse con sus conocidos. Era mucho, muchísimo más rápido que una carta y podía viajar sin limitaciones geográficas en cuestión de segundos. También se usaban las salas de chats para conocer gente.

En aquellos primeros instantes, la curiosidad era el motor más grande. No había un objetivo concreto, solamente comprobar como a golpe de tecla podíamos hablar con cualquier persona, de cualquier lugar del planeta. Las comunicaciones habían cambiado, y lo habían hecho para siempre.

Internet fue ganando más y más adeptos, que mes tras mes iban comprobando encantados que las posibilidades y aplicaciones no dejaban de sucederse y que encontraban cada vez muchas más utilidades. Rápidamente las empresas se dieron cuenta del potencial comercial que suponía.

Primero las más multinacionales más vanguardistas y poco a poco las demás. Veinte años después todo aquel que venda algo, está en la red. También los negocios que venden artículos que nada tienen que ver con lo digital, como esta ferretería online, se han sumado a esta nueva realidad.

Las nuevas formas de entender el comercio

Así que, a las puertas de la tercera década del siglo, prácticamente todo aquel que tenga un servicio o un producto que ofrecer, se da a conocer a través de una página web y las redes sociales. Es más, en muchas ocasiones, directamente vende ese mismo producto o servicio por la misma vía.

Esto no significa el fin de las tiendas físicas, ni mucho menos. A los clientes todavía les gusta ir personalmente a charlar con un vendedor que les ayude a tomar su decisión de compra. Pero también hay muchos usuarios que no necesitan esto, y prefieren la opción digital.

El ahorro de tiempo es considerable, ya que no existen los desplazamientos, las filas ni los horarios. Una tienda en internet, también llamada e-commerce, está abierta 24 horas al día, 365 días a la semana y es accesible desde cualquier conexión a Internet del planeta.

Como ya informábamos en enero, dos de las cadenas más importantes de bricolaje y ferretería del país, se estarán fusionando próximamente. Será interesante seguirles la pista de cerca y ver cómo van a llevar a cabo esa unión digital a la que inevitablemente se van a tener que enfrentar muy pronto. Esperamos que salgan sumando con esta nueva decisión estratégica. Lo veremos pronto.

Si tienes los suficientes años, seguramente tú también has vivido esta evolución de la que hablamos. Tenemos la suerte de experimentar en directo el desarrollo de la era digital, no te quedes atrás y estate pendiente de todas las oportunidades que esto representa para ti.