La agencia Moody''s anunció hoy que mantiene en "perspectiva negativa" la calificación del sistema bancario de Finlandia, debido a la repercusión que tendrá la entrada en vigor el próximo año de la nueva regulación europea sobre los rescates internos en caso de quiebra.

Moody''s reconoció en un comunicado que la economía finlandesa se ha recuperado ligeramente en los últimos meses, lo que ha permitido mejorar las previsiones de crecimiento de su producto interior bruto (PIB) a medio plazo.

Según cálculos de la agencia, el PIB finlandés crecerá el 0,2 % en 2014 y el 1,3 % en 2015, lo que contribuirá a mejorar la calidad de los activos del sector bancario del país nórdico.

No obstante, Moody''s destacó que la adopción del mecanismo único de liquidación de la banca de la zona euro y la directiva de recuperación y resolución de la banca (BRRD) tendrán implicaciones negativas en el crédito que excederán los beneficios del aumento de la estabilidad económica.

"Pese a algunas mejoras cíclicas en la economía de Finlandia que han aliviado nuestras preocupaciones anteriores sobre la solvencia de su sistema bancario, la próxima aplicación del BRRD es el factor clave en nuestra decisión de mantenerlo en perspectiva negativa", explicó Moody''s.

En mayo pasado, Moody''s rebajó por el mismo motivo de estable a negativa la perspectiva de 82 bancos europeos, entre ellos los españoles Kutxabank y Bankinter.

Según Moody''s, los bancos finlandeses seguirán sufriendo una presión sobre su rentabilidad en los próximos 12 o 18 meses, ya que el Banco Central Europeo mantendrá previsiblemente los bajos tipos de interés actuales y la competencia por los préstamos seguirá siendo intensa.

En cambio, destacó que la banca finlandesa goza de uno de los índices de morosidad más bajos de la UE y cuenta además con grandes activos que podría vender con facilidad si fuera necesario para generar efectivo.

La nueva regulación europea de entidades financieras tiene como objetivo reducir el costo de las quiebras bancarias para los contribuyentes introduciendo un sistema de rescates internos.

Este sistema, que empezará a funcionar en 2016, establece que los rescates bancarios se financiarán mediante quitas sobre los accionistas, seguidos de la deuda subordinada y los bonos júnior, de deuda sénior y finalmente de depósitos no asegurados.