La Confederación Española de Organizaciones Empresariales del Metal (Confemetal) advierte en su último Informe de Coyuntura Económica y Laboral del riesgo que corre Europa de "caer en la irrelevancia industrial". El colectivo invita a los países del viejo continente, y en especial a España a "invertir la tendencia de decadencia". Considera que este objetivo es "una necesidad ineludible".

La tesis defendida por las principales firmas nacionales del sector queda reflejada en el boletín de diciembre de la Confederación (imagen de su portada a la derecha) con un editorial en las páginas centrales que lleva por título "Reindustrialización: la nueva revolución económica europea".

Confemetal analiza los principales retos que se le plantean al Consejo Europeo del próximo mes de febrero que se centrará específicamente por primera vez en la industria. El objetivo es sentar las bases que permitan recuperar al sector un peso del 20% del PIB en 2020 cuando actualmente apenas supone el 15,6%.

La industria europea quiere convertir este debate en el inicio de una nueva revolución que conduzca a otra reindustrialización de Europa apoyada en programas de innovación, formación, internacionalización, medioambientales, de energía, para pymes, en instrumentos de apoyo y en un mejor acceso a la financiación.

Confemetal subraya en su informe que la industria ha permitido resistir mejor los embates de la crisis a los países en cuyo PIB tiene más peso el sector manufacturero y la creación de riqueza basada en la producción, más que en la especulación, financiera o inmobiliaria.

Por tanto, Europa y España necesitan invertir la actual tendencia de decadencia industrial y recuperar un crecimiento sostenible para crear empleo de calidad, como respuesta a los problemas económicos y sociales.

La industria europea se enfrenta a los mayores retos de las últimas décadas como consecuencia de la crisis económica actual y, sobre todo, de su propia crisis de competitividad con componentes intrínsecos e inducidos. De las medidas que se tomen para superar ambas crisis dependerá la recuperación a medio plazo del conjunto de la economía de Europa y, sobre todo, la solidez y la sostenibilidad del bienestar del continente.