El Gobierno quiere reducir el precio de los carburantes y para ello va a estudiar medidas dirigidas a limitar los márgenes comerciales que obtienen las empresas, que en España están por encima de la media europea, y revisar la normativa de los contratos de abanderamiento de las gasolineras.

En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros de ayer, la vicepresidenta del Gobierno y portavoz, Soraya Sáenz de Santamaría, indicó que el Ejecutivo quiere abundar en la liberalización de los contratos entre las petroleras y los empresarios de estaciones de servicio independientes (abanderamiento) para facilitar los cambios de distribuidor y "conseguir mayor competencia y beneficio para el consumidor".

Márgenes excesivos

En cuanto a los márgenes comerciales obtenidos por las empresas, la vicepresidenta señaló que las actuaciones que se barajan son de tipo impositivo y estarán dirigidas a las empresas y no a los consumidores. Fuentes de Hacienda precisaron que lo que está en estudio es la aplicación de "un recargo al beneficio derivado de los excesivos márgenes" que obtienen las empresas en la comercialización de carburantes. Insistió en que las medidas están en fase de análisis e indicó que el Ejecutivo todavía tiene que estudiarlas.

El anuncio de Sáenz de Santamaría se produce después de la presentación ante el Consejo de Ministros de un informe elaborado por el Ministerio de Industria, Energía y Turismo sobre la situación de los precios de los carburantes, que en las últimas semanas han marcado precios máximos en la Península, coincidiendo además con el aumento del IVA.

Los precios tienen tres componentes principales: el coste del carburante en los mercados, el margen comercial y los impuestos. España es "de los países que menos gravan los carburantes, pero donde el margen y las ganancias son mayores", dijo Sáenz de Santamaría.

La vicepresidenta aseguró que en España la subida del crudo se repercute de inmediato en precios y las bajadas se demoran.