La dirección y el comité de empresa de Sharp han llegado a un preacuerdo sobre el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que plantea esta multinacional para su planta de Sant Cugat del Vallès (Barcelona) y que supondrá la extinción de 87 contratos.

El principio de acuerdo reduce de 187 a 87 el número de trabajadores que serán despedidos respecto a los planes iniciales de la empresa, mientras que cien se incorporarán a la compañía Nortia, que asumirá la actividad industrial de Sharp en Sant Cugat, han informado fuentes sindicales.

El preacuerdo, cerrado esta pasada noche por la dirección de la empresa y los representantes de la plantilla, prevé que los 87 trabajadores que continúan afectados por el expediente puedan salir de bajas voluntarias incentivadas y prejubilaciones.

Sharp propone una indemnización para las bajas incentivadas de 45 días por año trabajado hasta un máximo de 42 mensualidades, más una cantidad lineal equivalente a la suma de cuatro meses de salario bruto.

Los trabajadores interesados en esta oferta tienen hasta este próximo viernes, para acogerse a esta opción, y las bajas se harán efectivas a partir de la aprobación del expediente.

CCOO ha detallado que el acuerdo contempla el servicio de una empresa de recolocación para ayudar a estas personas a reincorporarse al mercado laboral.

En el terreno de las prejubilaciones, los trabajadores con 55 años o más podrán optar por ellas conservando entre el 72 y el 100 % del sueldo, en función de la edad. Esta cantidad se revalorizará en un 2,5 % anual.

La empresa no descontará además a los trabajadores ni el salario ni las cotizaciones sociales por la huelga del pasado 21 de junio.

El preacuerdo ha llevado ya al comité a desconvocar la huelga de 24 horas prevista para hoy, así como el resto de movilizaciones programadas en contra del ERE.

Está previsto que la plantilla de Sharp, integrada por unas 300 personas, ratifique mañana este principio de acuerdo.

La multinacional Sharp abandonará la producción en España tras llegar a un acuerdo con Nortia, propietaria de Cirsa, para vender sus activos industriales de la planta de Sant Cugat.

La compañía nipona mantendrá su área comercial y de investigación en España, que ocupa a un centenar de personas en la planta catalana.