La economía de Estados Unidos pisó el freno en su ritmo de crecimiento en el primer trimestre del año, al crecer a una tasa anualizada del 1,8 %, debido al golpe que supuso para el bolsillo de las familias el alza de los precios, especialmente en los alimentos y las gasolinas.

A estos factores, según los datos facilitados por el Departamento de Comercio, se le unió otro elemento: el recorte del gasto gubernamental, que fue el mayor desde 1983.

Después de una robusta tasa anualizada de crecimiento del 3,1 % en el último trimestre de 2010, el Producto Interior Bruto (PIB) creció entre enero y marzo a un ritmo del 1,8 %, dato que decepcionó a los analistas y los mercados que esperaban un incremento del 2 %.

El de hoy es el primero de los tres cálculos que el Gobierno hace sobre la actividad económica y será ajustado con información más precisa en las próximas semanas.

A finales de marzo el Gobierno indicó que en todo el año pasado el PIB creció un 2,9 %, el mayor incremento en cinco años.

A comienzos de año, y después del buen desempeño económico en los últimos tres meses de 2010, los analistas esperaban un crecimiento robusto pero desde entonces se han acumulado los reveses: los precios de las materias primas y los combustibles han subido y las tormentas invernales menguaron el comercio y la construcción más de lo esperado.

La construcción de edificios no destinados a la vivienda, por ejemplo, disminuyó entre enero y marzo un 21,7 % después de crecer el 7,6 % en el trimestre anterior.

La ralentización se debió, principalmente, a un aumento del déficit comercial, la reducción del gasto del gobierno federal -que tuvo su recorte mayor desde 1983- y los precios más altos de las materias primas, incluido el petróleo, que redujeron el dinero disponible para el gasto de los consumidores.

Para mantener el ritmo de la reactivación económica, la Reserva Federal (Fed) indicó ayer que completará hasta junio su compra de unos 600.000 millones de dólares en bonos del Tesoro, y mantendrá por debajo del 0,25% el tipo de interés de referencia como la ha fijado desde diciembre de 2008.

En su proyección trimestral del rumbo económico la Fed bajó su expectativa del crecimiento del PIB para todo este año a un rango de entre el 3,1 y el 3,3 %, cuando en enero pasado oscilaba entre un 3,4 y un 3,9 %.

El informe muestra que el gasto de los consumidores, que en EEUU equivale a casi el 70 % del PIB, creció a un ritmo anual del 2,7 % entre enero y marzo, comparado con un entusiasta 4 % entre octubre y diciembre.

Por su parte, el Departamento de Trabajo informó hoy de que la cifra semanal de solicitudes del subsidio por desempleo aumentó en 25.000 y se situó la semana pasada en 429.000, el nivel más alto desde fines de enero.

En marzo el índice general de desempleo fue del 8,8 %. Antes de que EEUU se viera envuelto en la peor recesión en casi ocho décadas, el índice era de alrededor del 5 %.

En conjunto, unos 8,19 millones de personas recibieron algún tipo de subsidio por desempleo, ya sea de los gobiernos de los estados o del Gobierno federal, en la semana que terminó el 9 de abril y eso representó una disminución de 112.578 desde la semana anterior.

Entre enero y marzo, la construcción de viviendas registró una disminución del 4,1 % y el déficit comercial sustrajo 0,1 punto porcentual del PIB, según mostró el informe del gobierno.