La presión ejercida sobre la deuda después de que Italia cubriera por escaso margen unas emisiones de bonos y de que la Comisión Europea dijera que España incumplirá el objetivo de déficit en 2011 perjudicó ayer al conjunto de las bolsas europeas: Milán bajó el 2,6%; París, el 2,46%; el índice Euro Stoxx 50, el 2,45%; Madrid, el 2,3%; Bruselas, el 2,2%; Fráncfort, el 2,2%; Portugal, el 2,1%, y Londres, el 2,08%.

Es un hecho que después de que Irlanda se convirtiera en el segundo país de la eurozona -seis meses después que Grecia- en necesitar la ayuda financiera de sus socios para evitar la suspensión de pagos, van en aumento los miedos inversores a que se produzca una situación similar en las economías de España y Portugal, circunstancia rechazada por el Ejecutivo español y numerosos expertos.

A estas voces tranquilizadoras se sumó ayer la del director de Servicios de Estudios del Banco de España, José Luis Malo de Molina, que descartó que el país necesite un rescate similar al de Grecia o Irlanda, porque "ninguno de los problemas de la economía española tienen su solución en un apoyo financiero externo".

En una rueda de prensa para presentar los datos de la Central de Balances hasta el tercer trimestre de 2010, Malo de Molina indicó que el sistema financiero español "en lo fundamental está sano" y no tiene un problema de "debilidad profunda", como en el caso irlandés. Tampoco adolece de una "insostenibilidad de las finanzas públicas" como la de Grecia o Irlanda, y de hecho España está por debajo de muchos países europeos en sus niveles de deuda, destacó.

Otros motivos que mencionó para rechazar la necesidad de un rescate fueron los test para medir la resistencia de las entidades financieras, que España superó mejor que otros países; la puesta en marcha del programa de reestructuración del sistema bancario, o la aprobación de "un ambicioso programa de estabilización fiscal".

Además, Malo de Molina consideró una "buena noticia" que contribuirá a "calmar los nervios" la decisión de los países de la eurozona de poner en marcha un fondo de rescate permanente para atender a países con problemas de financiación a partir de 2014.

A su juicio, esta iniciativa "ayudará a reducir los episodios de inestabilidad" y desactivará "los canales de contagio" que se producen "sin tener en cuenta fundamentos de las distintas economías", dijo.

Con todo, los inversores parecen haber echado en saco roto estas reflexiones, ya que el principal indicador del mercado español, el IBEX 35, en el que bajaron todos los valores, sobre todo el BBVA (-4,32%), cayó 222,50 puntos y cerró en los 9.324,70, cota similar a la del comienzo de julio pasado.

Un pésimo mes

La cotización del euro se depreció y al final de la sesión bursátil se negoció a menos de 1,31 dólares, nivel de dos meses atrás.

A falta de una sesión bursátil para el cierre de noviembre, el principal índice de la Bolsa española ha retrocedido un 13,76%, más que en su peor mes desde octubre de 2008, y se mueve en niveles de finales de junio del presente año. La razón, según coinciden en señalar los especialistas, son los ataques inversores fruto de las dudas y miedos sobre las economías de países como Irlanda y las posibles consecuencias de su rescate sobre otros europeos.

En las últimas jornadas la prima de riesgo de los bonos españoles a 10 años frente a sus homólogos alemanes continuó aumentando, y llegó ayer hasta 273 puntos básicos, el máximo desde la creación del euro, mientras que los últimos recortes bursátiles han provocado que la española sea, entre las principales bolsas mundiales, la que más ha caído en lo que va de año, un 21,90%.

A las puertas de cerrar el undécimo mes del año, la Bolsa de Londres ha subido desde enero un 2,55% y el DAX alemán un 12,43%, mientras que el CAC-40 francés ha bajado 7,61% y la Bolsa de Milán un 15,5%. Por su parte, el Dow Jones ha ganado un 5,19%. Los analistas opinan que las bolsas previsiblemente seguirán sufriendo reveses en las próximas jornadas, en las que se mantendrá la volatilidad en los mercados de deuda europeos.