El BBVA obtuvo un beneficio neto de 4.179 millones de euros entre enero y septiembre, un 3,3% menos que un año antes, en plena integración de Guaranty, el banco estadounidense que adquirió en agosto y que podría no ser el último, ya que el grupo tiene intención de continuar analizando este mercado.

De momento, la entidad que preside Francisco González se concentra en seguir engordando sus reservas de provisiones genéricas para el futuro, como hizo este trimestre con los 830 millones procedentes de las plusvalías que logró con la venta y posterior arrendamiento de oficinas en España (sale & lease back).

Con estas provisiones, que suman ya 4.665 millones junto con las voluntarias, la entidad podrá estar tranquila al menos hasta 2011, explicó ayer el nuevo consejero delegado del Grupo, Ángel Cano. Además, estas dotaciones han servido para mejorar los principales ratios de solvencia de la entidad, como el "core capital", que mejoró hasta el 8%, frente al 6,7% de 2008.